lunes, 18 de octubre de 2010

Y ahí está
Ahí se encuentra
Ese muchacho de cabellos holgados a causa del viento
Del olor del carmín, 
Noche silenciosa, cubre nuestros trapos alados 
Resplandece vuestra piel a la luz de las estrellas
A las estelas de mis ojos.
Césped hospedado debajo de las solapas de los zapatos
Ancho y fuerte os encontráis
Tu voz, potente como el ruido de un águila real al volar
Brazos agarrados, con miedo a dejar de sostener
Miedo, sencillo de tener
En mi lecho se encuentra
Ese sentimiento y muchos más
Deseo infernal al no tenerte
Llanto estúpido esperando escuchar mi nombre en tus labios
La orilla templada, calmada, apacible me acompaña
La dirección a la que miro no la podrás descifrar
Miro más allá del cielo, de la noche, de la mañana, de la hermosa tarde
No creo en el reencuentro de mi alma apegada a ti
Bien por tu alivio atragantado 
Mal por la juventud de mi corazón echo cenizas.
Puras e frías, cargadas de recuerdos.
Al tener la oportunidad de verte correría cruzando el camino indicado para ir al opuesto.
El contrario de mi felicidad
Felicidad?
Estupidez la mía, si mi felicidad eres tú
Amado hombre, vida individual, ajena a las apariencias de mi contorno
Sin tu saber, eres un afortunado.
Fortuna la tuya de sin proponerte, eres el ángel de mi esperanza, el prisionero de mi estúpida corazonada.
Miseria mirar bajo del mar y no poder seguir respirando
Para alcanzar mi tesoro, las burbujas  hacen cosquillas atravesadoras contestando que es inalcanzable, amor dichoso.
Mi dulce parecer, observas cosas, lugares, personas preciosas y no dar todo de sí
No poder hacerlo.
Soñar con ese destino que se escribe cada día de tu letargo, mayor de los deseos.
Al abrir ligeramente tus párpados, cohibido, vacío ese sentimiento que le perteneció
Y volver , a sentir, una vez más
Dichos inmunes 

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