De repetir cada paso y borrar cada marca
Apartar la debilidad
Y poder ceder el olvido dentro de mí
Estoy dejando pasar la vida
La ceguedad tapona cada milagro que aparece
Soy la jeringa de tu droga, de mi pelo, de mis ojos, de mi estúpida boca
De las caricias que le ofreces a mi piel
Cada hombre que me da un abrazo no se asemeja a ti
Siento la seguridad de lo interminable
Rompo las promesas por cuatro palabras bonitas que arrojamos a la pared
Por un solo beso cotidiano que para este mundo, que colapsa la normalidad
Estoy dejando pasar la vida
La ceguedad tapona cada milagro que aparece
Soy la jeringa de tu droga, de mi pelo, de mis ojos, de mi estúpida boca
De las caricias que le ofreces a mi piel
Cierro la puerta extrañando los recuerdos, algo que pudo ser
La abres sin permiso y te sientas en mi sofá contando lo maravilloso de tu vida
Añadiendo que me extrañas, y yo, te escucho e ignoro las consecuencias de la salida.
Grito en mi interior luchando por ser fuerte, pero sin darnos cuenta apedreamos la solución de esta dolorosa despedida.
Estoy dejando pasar la vida
La ceguedad tapona cada milagro que aparece
Soy la jeringa de tu droga, de mi pelo, de mis ojos, de mi estúpida boca
De las caricias que le ofreces a mi piel
Estoy dejando pasar la vida
La ceguedad tapona cada milagro que aparece
Soy la jeringa de tu droga, de mi pelo, de mis ojos, de mi estúpida boca
De las caricias que le ofreces a mi piel
Sabemos que nuestro lecho guarda la sombra de los dos
Reímos dejando a un lado todos los problemas que hacemos
Creemos en un para siempre cuando este cuento está vacío
Haces que te crea, haces que gire por un momento en algo desconocido, paras mi corazón
Ciego las mejoras, me arropo a un cuerpo sordo
A uno que dice que me ama, que teme perderme, a sabiendas de que cariño,
Nos hemos perdido
Apareces en mis sueños
Has calmado a esta fiera
Has ganado una batalla arrepentida
Te vas por donde has venido
Me dejas leyendo las frases de un pasado maravilloso
Enamoraste a una esclava de algo inseguro
Tiene que despertar amor
Debes de ser un mero culpable de agarrarme la mano cuando intento huir
Soy la jeringa de tu droga, de mi pelo, de mis ojos, de mi estúpida boca
De las caricias que le ofreces a mi piel
Soy la huida del futuro que estábamos esperando
En realidad, a sabiendas, de ya no saber quién soy
De lo que conseguiste conmigo
De lo que me robaste y persigo sin aclarar nada
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