sábado, 6 de noviembre de 2010

Siento que floto,
 Noto el agua tapando mis oídos,
 Hundo los temores
Cierro los ojos con brutalidad
 No puedo sonreír, tampoco llorar, solo cierro los puños y dejo mis palabras al aire.
 Un minuto de paz.
El vapor se apega a mis mejillas, siento un calor interior que arrima la rabia, atraviesa el amor.
Temo abrir los párpados
Encuentro un sitio vacío, muchas llamadas y mi nombre en alto
Mis dedos se arrugan lentamente como experimentamos en la vejez
Observo el silencio, esta vez, lo encuentro más apacible
La cascada del agua acaricia mi espalda
Más suave, como me gustaría que lo hicieras tú
Me arrodillo, el rocío de las gotas me alumbran sobre la rejilla.
El sol alegre provoca algo de esperanza buscando al mío
Pongo de pie mi ego, dejando la tranquilidad ansiada para después
Hoy toca vivir, con el dolor provocado a flor de sensibilidad
Y con compañía, sentir algo distintivo

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