domingo, 28 de noviembre de 2010

Un suave e pausado movimiento al compás de los corazones apaga la realidad un instante, ascendemos al cielo, nos abren las puertas del paraíso, despliegan las alas para echar a volar.
Agarras mi mano seguro y despacio, no tenemos prisa, un futuro por vivir llenos de misterios, de cosas por descubrir
A pesar de las puertas extrañas que se asomen después de los minutos a tu lado, ahora nadie puede parar la situación, el cuerpo de los dos emite unión única y para el final de los días contados.
Nadie puede quitarles esto.
Nadie es testigo cercano a los sentimientos que navegan sobre sus cabezas, sobre sus contactos, sobre ellos.
Una sonrisa envuelve al otro
Una mano agarra a la otra
Un beso es respondido
Unas palabras se mezclan con otras
Los hechos son semejantes si se aman de verdad 

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