miércoles, 8 de diciembre de 2010

En este sencillo momento, ella se mira las manos, vacías
La tristeza de ver las huellas de algo que existió y se fue con el viento la conmueve
Pudo atarlo, pudo amarrarlo
Sin mirar en aquel preciso instante, donde su corazón colgó para ella
los ciegos no pueden ver, y darían todo por un vistazo al mundo por una vez
Ella se cegó, y sus suaves dedos quisieron entreabrirlos, pero no quiso entender
Y ahora se sienta aquí, a mi lado, echando una ojeada a algo que no fue, a lo que perdió
En ese momento lo entendió
Si nada es para siempre, aprovechar hasta la última gota sería disfrutar
Ella corto el gozo, siente la impotencia en sus venas
Comienza a caminar, observando el horizonte desfallecer
Solo sabe algo, si una mera oportunidad fuera concebida, si sus brazos pudieran ser expuestos a su perplejidad
No lo dejaría marchar
Le susurraría al oído que todo lo olvide, que no se formulará, no se hará

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