domingo, 5 de diciembre de 2010

No podemos evitar llorar en inversas circunstancias
Recordando cada momento donde te sonreía como si fueras la única
Recordando cada flor marchita en tu salón
Recordando los gritos que te herían, acompasado de su arrepentimiento y besos traicioneros donde entregabas lo que eras.
Coges y quemas las cartas que escribió llenas de frases falsas
Y piensas lo ciega y enamorada que has estado
Lo poco que has rescatado de tu dignidad
Lo difícil de no ceder a su lado
Y cuando cedes, superas tu nivel de paciencia, devoras esa oportunidad, sin pensar en nada más
Cada beso robado es otro recuerdo que reservas para la noche que no esté
Cuando contemples desde tu ventana su marcha, sus maletas tiradas con el sobrenombre fue bonito pero no pudo ser.
Verás que era un águila en un pasajero nido, y tu fuiste el árbol donde él se crió.
Eras tan fácil, que la impotencia ya quedaba rídicula



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