viernes, 24 de diciembre de 2010

Te acuestas en lo más alto de la niebla
Aprendes a dejar naufragar las cosas
Recuerdas quien eres y que es lo que tienes
El tiempo pasa rápido pausando las tinieblas
Y en una noche, empiezas a sonreír como no has podido realizar por diversas causas
Asomas tu cabeza por el ventanal mirando la ciudad
Lo lejos de todo y lo cerca que estás
Huele a algo quemado que tanto saboreaste
Pero por un día, lo detienes
Esta vez, quieres disfrutar de la felicidad sin motivo
A pesar de los pinchazos de detrás, quieres ignorarlo y asimilarlo en la francamente verdad
Sin motivo, dando bofetones a los fracasos, sonríes por una vez queriendo ser de nuevo

Por un día, memorizas que todo a acabado, y que sonreír es la opción que te queda. 



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