lunes, 17 de enero de 2011

Basta con desconectar medio segundo del mundo para darte cuenta de la severa e armoniosa realidad
No perdemos el ritmo, seguimos el tiempo como hormigas en tierras acaloradas
Pero al desenchufar un momento los pensamientos, poner en silencio el móvil, sentir el temblor de él en tu pierna y no cogerlo, te da un aire de tranquilidad, te impulsa a conocer más de este mundo
Y es que hasta en un taller de diversas edades, puedes ser una niña y una adulta a la vez.
Compartir tu pasión olvidando cada problema que aprisiona sus mentes.
Siendo sinceros ante las sonrisas de seguridad para que te lances.
La felicidad no se basta en una sonrisa, ni un simple regalo o compañía.
Sino en aprender a saber, a luchar por lo que deseas, a reconocer lo que quieres y no sabes, los sueños de las noches y los arrebatos del día.
Sobretodo, es reír por un cosquilleo de repetir la sesión, dure lo que dure, porque en un instante,
Has sido tú mismo, sin prejuicios y quejas, has sido tú, nuestro mayor encanto oculto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario