martes, 25 de enero de 2011

El sol alumbra mi espalda entrecerrando las pupilas 
Tu aliento se esfuma entreabriendo mi boca una vez más
Mis manos se magullan de calor apretando el suave frío del metal, esa jaula de las sonrisas
Logramos fijar desafíos, desaparecen en su reflejo, los ojos cambian de color, el amor se apodera de ti
Y la belleza de lo indefinido, de lo que está por llegar con o sin ti, se hace ignorante hasta el período de la noche 

2 comentarios:

  1. Realmente bello. Plasmas de una forma inverosímil aquello que sientes. No me despego de tu escritura. Y ayer, anoche, fue de nuevo así en el Taller de Santiago Gil. Un abrazo admirado.

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  2. Muchísimas gracias, tú también, seguro que sí, ojalá que tenga mucha suerte con sus escritos besos y un abrazo :)

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