martes, 25 de enero de 2011

Te amé como el extraordinario Picasso amó los colores de sus cuadros
Te amé como el ingenioso Beethoven amó las teclas de su música
Te amé como solo yo sé hacer, de una manera que, enterrabas tu ser en mis rasguños y las miradas se desvanecían en la penumbra de mi noche.
Susurrando tu nombre 

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