domingo, 27 de febrero de 2011

He soñado con transpirar el mundo en un instante, con mis ojos reflejados en el sol.
La brisa marina mojando mi cara, la ceguera de la iluminación por minutos tapando mi cara.
Sintiendo a solas la compañía.
La vida me hizo una visita grandiosa, obtuve un regalo sin desearlo si quiera.
La multitud de luces, el ruido de los transportes, la curiosidad de la gente al caminar, todo desapareció 
Las olas adornaron las rocas, el atardecer les dio miles de colores, y a mí, me confundieron con una de ellas.
Alcé las manos y el dolor que abrumaba mi pecho despegó velozmente.
El amor durmió plácidamente y pude levantarme con una sonrisa por la belleza de lo que ha rodeado mis días sin darme cuenta,sin darnos cuenta; la parte posterior de las calles, el bullicio intercambiado por tu ligera respiración.
Una pequeña maravilla echa grandeza, algo oculto desvelado simultáneamente dejándote sin habla.
Sin predecirlo, sentirse bien.


La melódica voz de tu interior. Tu respuesta al verdadero mundo que hemos olvidado.



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