sábado, 26 de febrero de 2011

Ella a él.


Lo admito, suenan las campanas sin capacidad de escucharse en mi corazón al verte.
El paraíso que nunca se construyó cae destruido.
Y entre las cenizas, nos vemos de nuevo, anonadados,¿enamorados?
Que pasa, que sucede, las respuestas vuelan, tu mirada se hace pequeña en mi fondo grande.
Y ante todo, esto palpita de manera veloz, sin ti, en sueños contigo.
La lucha se esfumó entre sudor y dolor, con una grave pérdida, ¿ el amor?
No querer reconocerlo, asimilar que existe algo que existió, que puedes tocar el fuego sin quemarte...
¿qué es?
Las afirmaciones a las dudas llegan corriendo, apresuradas, con sonrisas de bienvenida.
Pero, inevitablemente miro atrás, a donde estás tú.
No espero un ramo de rosas, tampoco un cartel con palabras pintadas, solo el echo de estar contigo.
Y ya, ¿donde estás?
Cruzar la línea es perderse, fugarme será desobedecer lo correcto, ¿quedarme aquí?
Tus palabras prometen tranquilidad, pero sin actos que lo confirmen, la seguridad fallece en el suelo.
Se da la vuelta
Las nubes caminan, el tiempo se puede escuchar, los amores pasajeros dominan tu curso de vida, el verdadero se hace de rogar, se evapora ante tus ojos, no lo puedes tocar, solo queda el polvo de lo que fue.
Y no puede ser, el verdadero tiene una máscara,¿ la falsa? o¿ el miedo?
Ya no sabes que sentir, como respirar, como sonreírle, si decaer en brazos cansinos o en una sábana de tu habitación.
El amor debe ser un misterio, tú te caracterizas por ello. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario