viernes, 6 de mayo de 2011

"Besos, recuerdos confusos, placer.
Dime pues,  como manejo las agujas de este contrarreloj.
Como entregar el alma a una espalda llena de misterios con cariños por ofrecer.
Mientras tú, te perdiste en el viento dejando a la fiera en la jaula, con amor sin final.
Sin más, esa fiera desenfrenada que estaba atada, vuelve a soltar su ira, su coraje, su ternura, sus besos a una sombra al costado de su piel.
Te miro, te mira la fiera, te observa la persona que fue lo más importante entre tus ojos.
Ya en una sábana acogedora, ocultando tu olor, entregándose en silencio.
Ayudando al amor, esquivando al dolor, dando paso al olvido."


Sus últimas frases se hospedaron en aquel cuaderno de cuero.
Tras colocarse el pelo detrás de la oreja, cesa el ruido.
Abre las puertas del corazón lleno de bullicio, y las hace callar.
No con un beso, sino con una sonrisa que deseaba  salir.

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