martes, 24 de mayo de 2011

Sustituyendo amarres en el puerto al lado del mar, la doncella sueña con su señor capitán, el del barco  que besa la orilla y se escapa al anochecer, como ese marinero flotando entre el oleaje y el coraje de tu ser


Los besos sirven los manjares de la pasión a juego con el mantel de la hermosura falsificada
Su sonrisa enciende el costado de la mesa donde, a la izquierda, se sienta él
Te mira, recuerdas, rescatas esos ojos posados en ti, aquella boca entreabierta, esa nariz acariciando tu piel
Y con el plato echando humo, te preguntas el por qué sustituiste su imagen por crueles encantos, por amores necesitados, por caricias sin sentido.
Él increíblemente robó una parte de tu coraza, y actualmente, la echas de menos, no en su sitio, sino en su mano prometiendo cuidarla
Incómoda en el sillón, con la espalda resentida, observas miles de conversaciones a tus lados, visualizas preguntas dirigidas a tu interés,de las cuales, ni contestas.
No hace falta, él es la respuesta 
Lo tienes allá, solo corresponderá a tus dudas aquel 
Aquel que no es un príncipe encantador, solo es, el villano arrebatador
El irresistible paje que te abre la puerta
Quién me robó el corazón


La tarde bosteza, el mar se retrae
La noche sale de fiesta, tus trajes no son de gala
Los tallos que crecen en los prados, lentamente duermen
Tú imagen se confunde con la belleza del horizonte, con la mano puesta en medio del fuego
Apunto de quemarte, apunto de adentrarse entre el humo y la ceniza que algún día ardió, que no puede desaparecer del amor.



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