domingo, 5 de junio de 2011

Paseando por el camino de los ciegos, me atrevo y me digo:
"Lo amas, amas su manera de mirarte cuando se dirige a ti y tiene el valor suficiente de hacerlo, amo sus formas aunque sean impresentables para otros.
Amo sus labios, mojados o agrietados, besándome o esquivando los míos
Lo amo tanto que mi corazón se para al tenerlo en mi ausencia, formando mis pensamientos
Amas tan descomunalmente, que los recuerdos persiguen tu día.
Los fallos que tuviste te matan 
Un adiós marchita, te marchita
Y por eso, vas a querer enamorarte del viento, vas a esperarle fuera del banco, vas a conseguir tus objetivos sin necesidad del amor
Lo amo tanto, que si se va para siempre, desearé su felicidad y buscaré la mía
Y, si se queda, todo pasará"
Tras el almuerzo de tu cabeza con razonamientos, recapacitas y admites que todo lo que hay, es para y por él, que la condena puede ser eterna y una marcha temprana una liberación
Las cosas caerán del cielo, sí, del cielo, como esos momentos imposibles que suceden abriendo tu boca y dejándote estancado de lo que creías el límite
De esta manera, se desplegará una vida nueva y extraña, como tanto odiamos y luego, deseamos al perderla
Consta de dos, no de un solo ciego raspando la pared 





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