miércoles, 13 de julio de 2011

Calles, señales de tráfico, salir y volver a casa, coches que giran a derecha y a izquierda.
Personas que pasan delante de ti, unas que te sonríen, otras muestran seriedad y otras, en su cara la indiferencia las decora.
Indiferencia, esa que ahora mismo notas en las notas de tu vida
Quizás en el destino, lo construido se destroza para volver a revolver y sacar el principio de algo. No se sabrá el qué, o tal vez, su olor adorne tu cuerpo.
Cuando veas los cachos de tu cielo caer, ni sujetes un paraguas para tu piel proteger.
Hazte daño, maldice.
Si eres castigado por un motivo esto tendrás.
Solo sueña con un futuro que ahora mismo no puedes ver por el ayer.
Ese que tapas con las manos, protegiendo al corazón.
Corazón, cachos de él.
Si el mundo llora, tus lágrimas solo aumentarán una gota al mar.
Pero en tu camino, regarás lo marchito para descubrir sentimientos que nunca sentiste o que, sí lo hiciste y ya olvidaste.
No todo tiene final
Y si lo hay, es que falta una continuación.
Una que, escribes tú.
El dolor es tu peor enemigo, sí.
Pero, el mayor maestro que puedes tener

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