martes, 16 de agosto de 2011

Una sensación, una parada en el mismo tiempo, una maravillosa locura.
Unas emociones idas y venidas, un amor eterno, una herida que se cura
Solo ese visitante adueñado del corazón, lo hace, te cuida.
Bastan años, bastan los meses o los días
Pero ahí está, en tu alma habita.
El amor es tan cobarde que se hace valiente, el amor llega tan tarde, que surge temprano, el amor es una magia que se desvanece para a tu espalda aparecer.
No hay una perfecta ocasión, no hay hueco para amar cuando ya, alguien dirige esos latidos sentidos
Cuando  ya nunca más volvieron, cuando se fueron contigo 
Porque siguen en un mismo cielo, desaparecidos y queridos.
En uno eterno y escurridizo 
En las ideas de la realidad.
Todo podrá ser nada, pero de esa nada, siempre estará ese que dirige tu dirección.
No valen palabras, no valen solo momentos, sino mirar atrás y así saber quien de ahí, te amó.
Quien es tu razón de ser 
Quien añoras y deseas tener.
Esa felicidad con forma de persona.
Esa que yéndose u volviendo, es única y especial.

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