viernes, 18 de noviembre de 2011

Era Viernes, llovía
Contemplaba la lluvia sentada, obsoleta en el autobús
El cristal al que miraba, reflejaba mi imagen. Cansada, media contenta, media triste, una cara llena de emociones ocultas.
Observé mis manos, abrazándome los brazos
Sucias, mojadas, jugando con el anillo del dedo corazón
Pensaba. Sí, en aquellos tiempos felices sin sinceridad alguna, donde reír era un pecado escaso
En mi reflejo, a los lados, admiraba los recuerdos de caras conocidas que fueron amigas
Sabiendo que era mejor pasar página, pero me quedaba en medio de la historia
Como la protagonista que no era leída
Aquella a la que se le olvidaron narrar su risa 
Supe en ese momento, que el amor era parte de la vida, que los amigos un cacho de ella y las decepciones inmensas.
No es por ser pesimista, pero si captando el concepto de realista.
Era mi parada, bajé
Escuchaba unos pasos a poca distancia, hablaba conmigo, hablábamos sin más.
Pero yo no estaba allí, ni siquiera la copia del todo está bien
Por una vez, fui humana y admití que las malas épocas son regalos que nos obligan a abrir.
Hasta que no pides nada, y te dan algo, alguien, que te hace soñar
Es una liberación instantánea, es un deseo que experimento cada día, es, querer limpiar el alma
Toqué, me abrieron la puerta, entré al hogar.
Recuerdo todo lo que recordaba, deseaba, amaba, quería, lloraba...hace ya quién sabe cuanto.
Y prefiero esto, dejarlo en un baúl donde no hay un cuando para reabrir
Puede mi piel transferirse con las luces de la ciudad, pero mi nombre en el aire, por cualquier rincón, ha de estar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario