sábado, 31 de diciembre de 2011

Y, acaba
Los letargos se vuelven cortos, los minutos largos
El reloj aquel se apaga, el tic tac vuelve a encenderse
La novedad de lo viejo se llena de una capa polvorienta
Reluciente es la manera en la que las sonrisas despiden los recuerdos que un día, turbaron.
Adiós y hola, hola y adiós.
Cuando aparece el comienzo, se despide lo que fue eterno.
Se choca el tiempo, todo carece de dirección.
En un instante, inunda la pausa, ¿lo oyes?, el estallido gigante anima a los sueños.
Calla, late. Por una vez, repite lo cierto al revés, con toda su equivocación. 

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