Cayendo por suelos tambaleantes, por paisajes extraños, por sentimientos muertos que viven...
La bondad del cielo plantó la tierra, y las semillas de lo que está bien, se convirtieron en sabores amargos como el sudor.
Pedir un deseo, ha de ser fácil.
Y contemplar como la llama de él fallece, resplandece, se va...logra permanecer en tu mente cuando más te necesites reencontrar.
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