lunes, 30 de enero de 2012

No te pide que te quedes, sólo te mira como a nadie ha mirado. 
No te ruega que le regales flores bonitas ni el mundo lleno de oro, sólo observa tus suaves manos.
Acércate, se fija en tu boca. 
Da el paso, tú quieres darlo. Ella muere por hacerlo.
Agárrala con fuerza, tiene miedo a demostrar que con el paso de su boca a la tuya, puede cultivar el amarte.
Sonríe, ella es feliz en silencio cuando tú haces muecas, caminas, te giras y le dedicas una sonrisa.
Y cuando la abraces, escucha con atención. 
Como una gacela huyendo, su corazón late con prisa, deprisa.
Así que, el sonido que aparezca, te será completamente hermoso. Dos águilas libres que se enamoran y siguen un mismo vuelo...como los corazones del uno y del otro casi rompiendo el pecho , trasmitiendo un baile de amor quietos en un mismo sitio.
Lo eterno es innecesario, la eternidad está en ese momento que no podrás dejar de soñar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario