sábado, 31 de marzo de 2012

Mientras una perdida musa recita su encanto, la lucidez de mis recuerdos se evaporan por encima del agua que cae dentro de la ducha
Sudando sin hacer esfuerzo, con un calor insoportable, miro hacia el exterior, contemplo cada calle, cada persona que va sobre ella, cada ajetreo que tiene en mente y aquellos problemas irreparables productos de las preguntas existenciales
Su caminar veloz, no alcanza ni la pulsación de mi corazón 
La velocidad ha perdido importancia en el instante donde el tiempo se ha detenido
La musa sigue recitando, media muerta sin continuar su cantar
Y tras cada acontecimiento de la mañana, las preguntas aparecen
¿Seré uno más entre esa multitud llena de prisa y que escasea en humanidad cuando a uno ven pasar?
Visualizo la vida que he ganado con los esfuerzos y la respuesta sumerge del mismo agua
Dándolo todo por amor, no di nada
Dándolo todo por mí, a aquellos que quise ya dejé de existir
Dándolo todo por nada, gané menos de lo que perdí
Dando egoísmo, noté la bondad
Dando algo que su significado se desconoce, doté mi saber en felicidad
La madurez personal se encuentra en las rozaduras internas que nos elevan notablemente al cielo
A ese sin ruido ni sol, ese donde no hay nubes, ese que produce la calma que un día, asemejarás al mismo añil que decora el reflejo de tu cabeza
La vida en su esplendor, tú viéndola y, tratándola de una más

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