miércoles, 23 de mayo de 2012

Bienvenida a la vida, ¡de nuevo!

Ella se mira sus manos, ¡Ay cuánto te tocaban!
Ella las contempla, sabe que con aquella suavidad no se sentiría ya
No articula, no dirá palabras, no hay maneras necesarias para que  la expresión sea entendida
Sea explicada, sea comprendida
Lo verá ahí, ,quizás sintiendo, quizás pasando de los males y letargos, tal vez articulando
Y ella, ya se dice por última vez, que pasará de largo
Mírate las manos, ¡quién te tocará como yo!
Míratelas bien, porque quizás, jamás te diste cuenta.
¡Ay el hablar de amor! ¡Ay cuántas palabras perdidas son escritas!
¡Y que por esos ojos, son leídas!
La rutina cansa, lo nuevo ilusiona, lo apasionado adiciona
¿Lo sentido? ¡Ay mi querido amigo!
O es vivido, o es simplemente olvido.
Sin quererlo, o ¡queriéndolo!...ya dejando de pensar, ella medita su final ¿Por qué un final? 
Tal vez, ni empezó.
Y así, habiendo vivido por un amor, se vuelve mayor
Con esa idea de que él, vive muy cerca, pero que, ya no toca su puerta
No hay, no la hay
Echando el cerrojo, ella se traga la llave sin existir
Dejando atrás todos los disparates, las mentiras, lo que pudo ser y no puede ser, las verdades que deben dejar de ser objeto para pensar.
Por una sencilla razón, para vivir, tras amar, tras haber creído lo que en creencia carece de existencia, siendo sensatos, 
saber que no hubo final, ni tampoco verdadero principio. 




¡Ah! ¿y él?
Bueno, cómo se dice, la vida es bella, nada debe de convertirla en fea. 
La tardanza habló, la desesperación su último grito echó, ¿todo de nuevo? sin él, sin nadie, nació. 





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