En un extremo de la vida, en su brazo izquierdo, lejos de su corazón, pensamos.
Devoramos las películas de la mente, las suposiciones, lo bueno que desata lo malo y viceversa
Equivocándonos al realizar dichas acciones, sin pararnos a dejar de pensar.
Sin limitarnos a vivir.
Viviendo se forman las historias, los dolores y sus curas, los amores y el más grandioso con su hermosura
Las debilidades nos matan, nos asesinan con comportamientos involuntarios que realizamos con el instinto, y a veces, su control nos puede convenir.
Para así, poder un día poner a todo fin y con una sonrisa conseguir plenitud.
Por ello, dejar de pensar tanto, es una virtud.
No le quites importancia a los problemas, y menos a lo que sientes
Pero, a veces esperar haciendo lo más conveniente y guiado por los sentimientos, puede traer felicidad.
Bueno, puede no, la traerá.
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