domingo, 19 de agosto de 2012


Y, podría entender tantas cosas, como la que quizás, ya ni te acuerdes de mi rostro, de mis risas, de nuestros momentos.
Podría entender cada detalle que se me está escapando. Pero, sin esperarlo tú siquiera, ojalá no me olvides, ojalá te acuerdes de mí.
De quién era,  y ¿ quién serás ahora tú?  
Simples desconocidos que realmente no lo son
Mientras el soñar besa cada despertar, decir que entre sueños  te digo.
Porque no sé si me has olvidado, pero sólo podré decir, que yo a ti no podré. Y en el fondo, siempre te querré.
Y queriéndote cuando tú ya no podrás querer, esperaré lo que no se puede esperar.
La felicidad es la aliada que deseo en tu vida, la esperanza tu recorrido y el rencor un viejo enemigo lejos de tu camino.
Eso es todo y el todo es nada
Aunque no recuerdes lo que recuerdo, yo recordaré el deseo de que algún día, pueda volverte a ver, a hablar, a decir, "qué tonterías tiene la vida ¿no?"
Que finalmente esté zanjado lo que se debe zanjar. 
Sin irnos más, jamás.
Y, sí, soñar con cosas casi imposibles es de masoquistas, y tal vez, lo pueda ser, pero ¿ y qué? la ilusión es un impulso del corazón. Y este, ciego y enfermo, le queda algo sano en su juicio.
Se cumpla o no, este fuerte y débil deseo a la vez, no me arrepiento de sentirlo, sentir es de humanos, superar y enterrar también, y querer por encima de todo, sea una persona o las dos... igualmente lo es.

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