domingo, 30 de septiembre de 2012

Pues, ¿qué decir?
Incrédulo ese corazón que late como una locomotora sin frenos
Esos ojos que abiertos, se cierran en sueños
Esa velocidad que no tiene un máximo, esa lentitud en el movimiento al respirar
Cuando su sonrisa se enciende, todo lo demás carece de sentido
La oscuridad con la que viviste, en un instante, se va 
Y lo que no puedes averiguar aún, si quedará ahí, en ese lugar, donde la mirada fue correspondida por un segundo
Tantos sentimientos ocultos, tan tímidos, tan enamorados
Y mientras tiemblan, tú los proteges del frío
Y esos brazos, la cubren de una duda existencial. 
Pues, ¿la amarás?
Esos ojos que parlotean, ¿dicen si hay una mínima oportunidad?
El sol que nace y muere, la penumbra que cae sobre el horizonte, una ida que puede volver...y dos personas que tienen su realidad.
Una que es distinta con seguridad
Pues, esos brazos llenos de calidez, esas llamas que brotan en su tenue rostro, pueden ser una hoguera que se apaga como algo más
Y ella, agarrando a esa aceleración, abre y cierra la boca sin hablar, la impresión que causó ese momento donde le vio...
Marcó ese segundo que convertido en minuto, marcó su destino.
Como nadie lo hizo, como nadie lo ha echo
Sin añoranza, extrañando 
Sin amor, amando
Y cerrando los ojos, sujetando su universo, algo llamado alguien se convierte en su mundo
Se da la vuelta, camina sin mirar atrás...
Lo imposible se hizo posible, amó sin querer amar, le quiso desde que él se giró.
Paralizando la realidad, cambiando lo demás.  

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