Se escuchan explosiones, se sienten temblores
Laten fuertes emociones, se mueren corazones
No hay palabras que justifiquen, lo que hoy fallece
Pues ni entierro habrá ya que esto no lo merece
La desilusión es patente y el dolor latente
No queda ni rastro del júbilo, ni de alguna certeza permanente
Mirándose las manos, llenas de heridas las extiende
Espera que alguien las coja de sorpresa, y le sorprende
que entre tanta multitud de gente
no quede alguien con madurez y dos dedos de frente
¡Qué dolor tan fuerte!
Ya no existe un lugar donde la paz habite y pueda verse
No queda rastro del amor que algún día uno siente
De espaldas al destino, teme
Pero no vacila en tropezar, y seguir con ganas de que la felicidad sorprendida
le diga ¡por fin, qué alegría volver a  verte!

La vida cuando se marcha, te despide con un pequeño tesoro, su trayecto
Cuando te rompen el corazón, aparte de llorar, comienzas la sabiduría del amar de verdad
El dolor de cualquier pérdida, nos transporta a sensaciones incómodas que nos impiden la vida de antes recordar, pero te recuerdan que si alguien no está, otro estará
El tren de la edad, deja en cada parada a diferentes humanos con distintos años...aunque eso, sí que es inevitable
Cuando la soledad te arropa, añoras el calor, y cuando lo tienes, necesitas esos momentos de espacio tranquilo y sólo.
Al caerte y sangrar, la herida escuece. Al sentir la lejanía del amante, la rotura de algo importante o de los propios recuerdos del pasado, las heridas desgarran.
El espejo no cambia, cambiamos nosotros
Y de cada una de estas realidades, nosotros nos quejamos.
La vida es maravillosa, el amor es la experiencia fundamental para vivir, el dolor esa matemática que tanto odiamos cursar, la vejez esa enseñanza que te rejuvenece, la soledad esa paz que la comprensión no entiende y, las cicatrices esas ayudas que te muestran  no volverte en lo mismo tropezar.

Muchos me catalogan como una persona fuerte, como alguien de piedra o con miles de caras de las cuales, muchas quedan por conocer
Pero, se equivocan.
Tan sólo soy una loca, una soñadora nata, una ilusa de corazón
Que lo teme todo, que no debe temer nada
Y tanta es la devoción que la mente brota, que el cuerpo no consigue ya volar
No es el  final, ¡oh no!
Qué curiosa esa niña que ayer, lo descubrió todo y mal, por más de la cuenta mirar
Y qué sabia esa que inmadura creía obtener madurez
Mira hacia afuera, llueven sueños y lágrimas juntas, pero no son mías, son del alrededor, de todos
¿Por qué me temen, por qué es amplio el dolor?
Acaso cerrar los ojos y extender los brazos deseando que caiga ese milagro descomunal ¿es malo?
Todos tenemos destinos que se enamoran de otros y se separan en un cauce donde nació otro amor
Todos mantenemos esperanzas donde no hay y todos, somos conscientes de ello
Pero muy pocos lo consiguen, todos frenan, ¿por qué?
¿Es de adultos el parar lo que no queremos dejar?
Ni lo sé ni la importancia justa le doy, pues, los golpes duros son y los más profundos son los que te crecen en una sociedad decreciente
Sin palabras que poder usar, el gesto que el ciego no ve resplandece en la oscuridad
Busca ese "búscame" en un lugar fuera de aquí y que te haga feliz
Imagina que imaginando vas a estrellarte y vas a volver a alzarte
Te lo dice una loca que huye del manicomio pero no de la realidad
Muchos me catalogan como algo que no soy pero que mi imagen da que pensar
Muchos le dan al botón de "juzgar" con ciencia cierta sabiendo que la estupidez va a "jugar"
Sólo separa una letra esta inmensidad, así que, mantén todo sobre el suelo y crea tus reglas, esas que no vas a cumplir. Esas por las cuales vas a ir en sentido contrario y te vas a encontrar
Muchos me llaman por mi nombre, pero yo tengo para mí, uno especial
Estoy realmente ida, sin camino,  paseo y lo mejor de todo, me gusta

"No pierdas el tiempo, gánalo"

Ceguedad la de aquel que quiera transformar la realidad
Lo que se vive, lo que se suspira, lo que se toca y se deshace
Como esa luz potente que se vuelve oscura y no se visualiza
La vida como un volante o timón, gira y gira, frena y vuelve a arrancar
Tú, el conductor, en ese instante quiere vomitar, no necesita más, desea huir de aquí
Y, la vida no para, sigue arrancando y sin sentido todo ocurre de manera veloz
Y no hay palabras que añadir, el círculo del vivir es así
Quién hoy te arropa, mañana te dará frío 
Y los que miran por la ventana y sueñan con arroparte, te cogen y te protegen mientras tú viajas por mundos inexistentes que mueren al nacer
La vida circula y pase lo que pase, debes mirar hacia tu dirección, con ayuda de esos que cuando te pierdes, te dan para que te sitúes, esa mano, ese objeto
 la brújula, tú brújula
Esa rosa de los vientos que en mareas desconocidas, te lleva a casa

Y, ¿vienes o vas?

¿Será tu corazón ese prepotente que se burla de la ironía?

Mientras sueñas con alguna, bendita su suerte, ¿qué será de mi vida?

Quizás, cosas mías son y ¿te marcharás?

La calidez enfría la ilusión que renace

El sol devora por celos a la luna y esta, nace en el horizonte, mientras se deja hacer, se hace

ese brillo que llueve en los ojos de las hermosuras que llamamos primer flechazo

Y resbalamos, caemos en recuerdos que vuelan, que no nos tienden la mano

Y ahí está, la dura caída, esa sangre al brotar, y la cicatriz que con días, desaparece

No dices nada, lo sabes, todavía la cosa no acabó, lo tienes en mente

Díselo, dime, ¿vienes o vas? ¿Amas a otra o me amarás?

La felicidad es la plenitud que mando para ti y mi querer, se pone en pie cuando vas a parar

¡Qué realidad¡

¡Qué manera de amar!

Tan distintos e iguales,

tanto espacio e irónicamente, ni cabes

Qué hablen y comenten, pero de todo se desentendió la razón, ese ritmo del corazón, tiene un significado.

Llamado ilusión, una que vuela y se posa en esa rama sin árbol, llamada amor.