lunes, 24 de diciembre de 2012

Huele a navidad

Mientras las luces decoran las tristes calles, los corazones se reencuentran 
La esperanza se sirve en una mesa que come un conocido que llegó a tu vida
La navidad simple, mágica, servicial, melancólica y esperanzadora te trae un regalo
Una puerta abierta donde contemplas el caminar de aquellos que van a comprar
Que compran de corazón, por deber, por costumbre
Una puerta que te hace visualizar esas parejas que por un par de días, se olvidan de las carencias de la relación. 
Observas esos niños que con una ilusión potente, corren y sueñan. Como un día lo hiciste tú.
Y, ¿acaso la navidad es una rutina continua?
Año tras año, repetimos los mismos pasos
Pero no, esto va más allá que eso
Son fechas para recordar lo fácil que era ser feliz. Lo fácil que era dejarse querer.
No es cuestión de retroceder, sino de tomar conciencia.
No es por la familia, son por aquellos que realmente te aman
Que están ahí con o sin adornos
Decora tu vida cada día y más en esta fecha tan especial
Semanas de sonrisas, de deseos, un viaje continuo que sin pausa, queremos ir despacio
Así que, ¡feliz navidad!
Disfruta del arte de recordar lo que un día no fue difícil
No olvides que como un niño, siendo adultos puedes disfrutar
Superando los tiempos difíciles, uniéndote a quién se una a ti.
Está en uno mismo las ganas de celebrar con amor y generosidad, no por un calendario que debemos mirar.
La unión de uno mismo, es la superación. La que se come el miedo y el temor. 
La felicidad es instantánea, pero el dolor también.
Y lo que forma nuestro parecer y forma de ver, se modifica, se vuelve eterno

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