jueves, 28 de febrero de 2013

¿Quién entiende al indeciso rencor?
Huérfano de nacimiento, sin un hogar donde hospedarse, habita en cada uno de nosotros.
Mientras llora en medio de la soledad, la pena apareció, 
flechazo el de ellos que ahora, engendraron a la nada. A la dulce nada.
Todo sucumbe en el silencio, absolutamente todo, hasta el mismo dolor
¿Qué está pasando?
¿Dónde hemos estado?
¿Por qué nadie grita un "basta, se acabó?
La sociedad se pudre, se baña en cálidas injusticias matando a la consideración
A esas personas que sin casi poder comer ni llegar a fin de mes, 
siguen hacia delante porque han encontrado una razón
Una razón para luchar, para secarse las lágrimas, para alegrar al corazón
Y, ¿cúal es? Ni la sé yo
Pero la envidia sana que dan, trae algo de esperanza a una población sin ilusión.
La ignorancia de lo que les proporciona fuerza abunda, pero son un ejemplo a seguir, para el exterior
Son un ejemplo para aquellos, que sin haber vivido media vida cayeron en una impotente rendición
Plantéate el mero motivo del por qué estás vivo, solo eso
Y luego dite, si abandonar, si al prójimo fastidiar y matar, trae alguna solución
Sigue hacia delante cuando menos puedas, la desilusión latente en los corazones no es una realidad, es un mero hecho.
No es así, en el fondo, todos esperamos un nuevo comienzo,  y dejar a los errores con un decisivo adiós

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