sábado, 6 de abril de 2013

La sequedad del desgastado llanto.
Los agrietados labios que dejaron de recordar que se sentía al besar.
La fidelidad de aquel que fue infiel.
La sana y envidiosa amistad, el perfecto y tormentoso amor.
Todo en uno, en uno todo.
Aspectos de la vida inconfundibles.
Experiencias irrepetibles. 
Marcando cada una, un antes y un después.
Cada cual, cada quien, cada instante donde emociones se cruzan.
Se entrelazan, se apegan, no se sueltan.
Tiempo, distancia, dolor, rencor, aún el conjunto.
No hay nada más fuerte que la vivencia de un sentimiento que te convertía en un ser glorioso
En alguien que sin recibir clases de vuelo, surcó cada nube que observó.
Se comió el mundo dos veces y descubrió aquello que ignoraba hasta que sucedió.
Hasta que nació un hueco en el corazón. Uno para toda la vida.

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