miércoles, 5 de junio de 2013

Querido y viejo amigo. Te necesito.
Entre el gentío, entre el nerviosismo de grandes cambios, te necesito.
Necesito tu sonrisa, tus palabras.
Y sé, sé que quizás esto en tu conciencia ya no tenga sentido, pero francamente, me rendí.
Me rendí con ganas, pues sé que no te puedo olvidar.
Dejé de intentarlo.
No hay nadie como tú. Absolutamente nadie.
A veces delante del espejo lloro, derramo lágrimas que imploran tu vuelta.
Admiro cada recuerdo donde aún creías que era maravillosa, donde no te fallaba, donde confiabas en mí.
Ha pasado tanto, tanto tiempo.
Dejé de intentarlo, no te puedo olvidar.
Solo quiero luchar por ti, por la única persona que creyó en mí, que confió en mi persona.
La única que hubiera dado su vida para no verme llorar
Dónde estás.
En la oscuridad, en el claro día, en la tarde, en la mañana, te necesito, te extraño.
Imploro en silencio, aguardo tu decisión.
No tardes, en vida muero.
Si pudiera, si pudiera enmendaría cada error.
Porque en esta piel llena de cicatrices y desgracias, llena de desolación, queda algo de buena voluntad para dar.
Para darte, y poder demostrarte.
Demostrarte que pese a que muchos se rían si lo supieran, me importas como el primer día que te conocí.
Quizás, no soy capaz de ir a agarrarte del brazo y decírtelo mirándote a los ojos.
Pero no soy nadie para hacerlo, no soy lo suficientemente fuerte para combatir el pasado.
Aunque armándome de valor, conseguiré tu perdón.
Te diré lo que la niñez me hizo tragar, y si algún día me lees, de verdad que cambié.
De verdad que por ti iría hasta el fin del mundo
Y si espero, es porque como dicen, lo que es más difícil, más valioso es.
Que se atrevan a decir que eres un capricho, un desorden para mí.
Esto es real, y en la lejanía de tu universo, soy un planeta que se arrastra por galaxias desconocidas, esperando a que tu sol alumbre mi luna.
Te quiero, te necesito, te extraño.
Y estoy aquí, completamente herida, perdida, esperando una señal que me des para darlo todo.
Para poder entender que, puedo perderlo todo pero si te recuerdo todo se vuelve de un llamativo color.
Que aquí mismo conservo un frío metal que al cogerlo como tú me otorgaste, me da calor.
Me recuerda a tu calor y no, loca no estoy.
En este mundo desenfrenado y exhausto, muchos encuentran a su otra mitad, a la otra parte del corazón.
Y por esto estoy aquí presente, porque viviendo en un extraño momento, sin ilusiones, tú eres ese maravilloso sueño. Esa meta, esa otra mitad del corazón que echó a volar y que cayéndome por el camino, intento recuperar.
Tras tanto tiempo, puedo asegurar, que pase lo que pase, fuiste mi ángel.
Y eres, siempre lo supe, aún lo callé, un ángel de la guarda.
El más hermoso que vi, que existe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario