domingo, 13 de octubre de 2013

Fuerza, coraje, valor

Hay momentos en los que te das cuenta de todo
De la vida que pasó ante tus ojos y no viste
De las oportunidades que perdiste, de las que te dotaste y de lo que eres desde que naciste
Hay instantes donde quieres gritar, quieres llorar, quieres romper páginas y páginas de libros vividos
Quieres volver a esa situación donde tenías una mirada de amor importante sobre ti delante, valorarla, apreciarla y no perderla jamás
Quieres volver a ese lugar donde conociste a personas que trazaron un camino que prosigues sólo
Quieres no querer nada
Hay circunstancias que no elegimos, que no podemos controlar y que las emociones nos hacen pasar
Llantos consumidos en silencios, risas incontrolables, sueños irrompibles y amores letales e inmortales
No consta de ser un niño, un adolescente o un adulto
Cuando te das cuenta, nada vuelve a ser lo mismo
Cuando te das cuenta de que erraste, de que acertaste,  cuando vuelves la vista hacia atrás
Vas a verlo todo, a las personas que más has amado, a las que más has odiado o creíste odiar, las tonterías, las lujurias, las promesas
Todo lo que eres y en el fondo, serás
Y es ahí cuando sabes que aunque cambies todo lo que produjo que perdieras, no podrás ganar
Y si lo haces, será con un sudor de esfuerzo eterno, y un corazón que te quiso demasiado
Sabes que la inmortalidad de los recuerdos es real, que los pensamientos que te rondan por la cabeza te perseguirán y que los deseos besaran tu piel hasta el instante que dejes de poseer dicho cuerpo
Pero no todo tiene que ser como se predice, no todo acabará mal, con un final
A veces acaba con un principio, un principio que necesita tiempo,  con unos deseos serpenteantes pero controlables, con unos pensamientos reprimidos y unos recuerdos que ya no van a doler.
Todo está en la forma en la que controlemos nuestros latidos, y no los del corazón, sino los del alma
Controlemos las quemaduras interiores, hasta que aparezca alguien dispuesto a entenderte, perdonarte y empezar a curarte
Y, controlemos ese temblor en nosotros mismos que nos permite fallar
Pueden verte como ellos decidan, pero lo que importa es como te veas tú
Tú y sólo tú puedes ser fuerte para enfrentarte al mundo
Derribar murallas y gritar quién eres y qué quieres ser
Gritar que todo estará bien, que el dolor no es eterno y que algún día, pese a qué lamentes la debilidad que depositas en ti frente a la fuerza de los demás, sonreirás lleno de paz, lleno de tranquilidad
Alzarás tu mano y, alguien te la agarrará
Y serás tú mismo, será tu propio aliento y la sombra que te acompañará en tu destino.
No permitas que te limiten, no permitas que te frenen
No te permitas a ti mismo abandonarte
No permitas, que la rendición te acoja y el abandono sea tu hogar
No permitas olvidarte de lo maravillosa que es la vida si eres capaz de a ti mismo, amar, volverte a amar.

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