martes, 23 de septiembre de 2014

Somos más que simples peones de los camuflados reyes llamados altos cargos. Somos más que simples estudiantes sentados en una silla y apoyados en una mesa. Somos más que simples dudas sin resolver. Somos más que la mera experiencia. Somos más que tristes o felices enamorados. 
Somos risa; somos sueños; somos simpatía; a veces, somos envidia; somos deseos; somos el misterioso destino.
Tenemos derecho a protestar, a gritar, a sufrir, a ser felices. 
Tenemos y debemos ser, que no se nos olvide, el motor de este desolado mundo.
¿Qué nos ha pasado? ¿hasta dónde vamos a llegar?
O más bien, ¿alguna vez el ser humano ha echo las cosas bien?
Nunca es tarde, dicen.
Pero hay algo demasiado claro, todo reside en el principio.
No somos ganado, no somos fichas de ajedrez y por supuesto, no somos menos importantes que aquellos que han construido una pared para frenar nuestras emociones y derechos.
Somos el grito que intentan acallar, somos lo nuevo y renovado que intentan enterrar, somos el futuro que pretenden transformar en el actual presente lleno de miserias para tantos, y de fortuna para pocos.
No somos corderos degollados, somos el pulso y la respiración del mundo.
Somos, aunque nadie lo sepa, aquello a lo que temen los grandes, porque somos muchos, porque somos muchas voces.
Porque juntos somos la verdadera, hermosa y extravagante...humanidad en sí. Capaz de todo, y capaz de hacer de lo malo, algo bueno.


Bea Morales Fdez

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