domingo, 15 de marzo de 2015

"Los prejuicios que asoman nuestras ventanas se rompen al chocar contra la persiana. Y cuando la intimidad atestigua nuestra presencia, también ella se queda sin palabras. La armonía y el rencor se unen formando una paradoja latente que a nuestra espalda se vuelve invisible, quedándose sin presencia porque algo que no tiene nombre ni etiqueta la succiona sin medida. Algo que tú no pronuncias y yo siento, algo llamado amor. Y en medio de tanta tranquilidad llena de ajetreo, has de saber que el vacío que suspira mis emociones se queda mudo cuando beso los poros de tu piel; que cuando ríes, el mundo que parece que conozco, deja de existir por el mero hecho de contemplar algo aún más asombroso; que siendo diferentes nos asimilamos el uno al otro en un retrato sin pintura pero totalmente vivo, repleto de ternura y cariño; y, has de saber por si alguna vez lo dudaste o temiste que no fuese cierto,  que la curva de tu sonrisa es el éxtasis de mi felicidad, es todo lo que me hace falta para continuar mirando hacia el frente, es el impulso más dichoso y fuerte que puede sentir mi corazón.
Te amo por ese motivo, no por los cánones fijos que permiten perfecciones o idealizaciones, no por la belleza que puedas desprender, no por cualquier asunto en especial, simplemente te amo porque tienes la sonrisa más bonita del mundo, porque la dicha atrapa mi vida cuando observo como curvas los labios y se te iluminan los ojos, simplemente es algo maravilloso".

Bea Morales Fdez 

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