martes, 2 de junio de 2015

El temblor de mi necesidad lo dibuja la curvatura de tu labio. El éxtasis inocente es el paso de tus manos a tu habitación. Eres la mitad que necesito y también eres la realidad más oculta que intento. Sin peros ni excusas invades mi mente cuando en medio de la oscuridad, tú eres mi única luz. Aún no lo sabes, pero te necesito, simplemente necesito que me ames como ahora te amo yo. Yo no sabía lo que era frenar el mundo por un solo gesto del rostro de alguien, por su tímida risa o por su mínimo movimiento que causa sensualidad ante mis ojos.
Yo no sabía lo que era, hasta que me enamoré de ti.
Hasta que sin querer reconocerlo, te convertiste en la ausencia más dolorosa, en la presencia más dichosa y en el objeto de una imaginación inexperta.

Bea Morales Fdez  

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