lunes, 7 de septiembre de 2015

Una carta sincera y necesaria

Por querer quiero muchas cosas, por soñar puedo cerrar los ojos y crear miles de universos paralelos; pero lo que deseo es sólo la mitad de lo que aspiro a cumplir. Y en medio de una vida distinta, hoy me acuerdo de tu sonrisa y de tu amabilidad a la hora de amar. Y tan sólo por esa razón quiero que sepas que si algún día lees esto es porque ahora entiendo lo que no comprendí en aquel entonces. Ahora entiendo lo que es abrazar al amor plenamente, entiendo el principio de una ilusión con ganas de más, y las idas y venidas de sonrisas inesperadas. Ahora sé por lo que pasaste y sé por lo que no pasé, y las lágrimas que se apoderan de cada palabra son demasiado sinceras, por muy hipócrita que suene. Quiero pedirte disculpas, quiero pedirte disculpas de corazón. Quiero que sepas que lo siento, siento no haber parado lo que sentías a tiempo, haberte dicho que la verdad había desaparecido por la puerta tiempo atrás, que era una cobarde y no sabía decirte adiós porque te quería pero no lo suficiente. Tendría que haberte dicho que aunque sea complicado de comprender, sí eras la persona que más me importaba pero era una cobarde, no supe vivir y te arrastré conmigo. Tenía que haberme lanzado y dejarte ir, decirte que mi corazón ya no estaba en tus manos pero que era lo que más añoraba. Tendría que haberme dado cuenta antes de tirarte al abismo, porque cuando caíste de la peor forma nunca supiste que yo fui detrás, contigo. Nunca te dije que me costó superar las pesadillas, la culpa, y que no hay día que no me diga para mí misma que sí, que estás en tu derecho de pensar lo que hayas podido pensar de mí. Nunca sabrás como cambié, como intenté seguir mi corazón y disfruté mi propio karma; como maduré llorando, enfrentándome a la verdad todos los días. Y como actualmente te recuerdo con una tremenda sonrisa en mi rostro.
Y, sinceramente, si algún días lees esto quiero que sepas que quiero que ames, que encuentres a una mujer que te de lo que yo nunca te di, quiero que mires para adelante y sepas que lo que te pasó conmigo no te volverá a pasar, porque la vida te regalará un amor puro y sincero. Deseo que te despierten cada mañana con un "buenos días mi amor", que te hagan el amor como nunca y te sanen cada herida que pude ocasionar, porque yo ya no puedo hacerlo y ojalá mis disculpas te bastaran. Pero eso nunca podrá ser, y es justo que yo cargue con las consecuencias de unas causas nefastas. Pero te juro que cambié, que aquella persona murió el día que te maté, y por eso deseo con toda mi alma que borren cada recuerdo mío de tu vida si eso es necesario.
No dejes que la desconfianza de una mentira te deje sin vivir las ilusiones de un " ¿y si sale bien?"; no dejes que lo que sentiste una vez te limite, porque la próxima vez que ames estoy segura de que lo harán contigo de principio a fin.
Perdóname. Espero que algún día puedas perdonarme porque te aseguro que fuiste una pieza fundamental en mi camino y estés donde estés, yo sí puedo recordar y asegurarme de que fuiste un regalo de la vida; pasé unos años maravillosos a tu lado y siento no haber sido capaz de dejarte ir.
Tú me cambiaste la vida el día que te fuiste, el día que dejé de mentir. Y hoy que he abierto los ojos de verdad, te pido perdón. Cada noche le pido al destino que te de la felicidad que mereces, porque te deseo todo lo mejor de este mundo, deseo que te amen por el resto de tu vida.
Hasta siempre, que la felicidad te regale sus mejores facetas y que no te haga toparte con otra como lo que yo fui una vez, porque te mereces ser feliz de verdad y tú incluso ausente, me cambiaste la vida de pies a cabeza. Siempre querré lo mejor para ti, siempre.
Y sólo quiero que sepas algo...si realmente hubiera tenido dos dedos de frente por aquel entonces, te hubiera amado con todas mis fuerzas porque eres un hombre maravilloso. Y como dice mi saga favorita: "a veces a las personas buenas personas les pasan cosas malas, pero por eso no son malas personas"; un día lo que te hizo daño no podrá tumbarte ni por segundo, y sé que la fortaleza de tu alma es lo suficientemente fuerte para arrasar con lo que se ponga por delante; y aunque tú no puedas creer en mí tras todo, yo en ti sí, y por eso sé que todo lo bueno que se acontece, está al llegar y serás muy feliz, y eso a mí, y lo digo de corazón, en parte me hará feliz. Cambié gracias a ti, y no habrá día que me lamente por haberte llevado conmigo a la plena oscuridad, por eso le pido a Dios que la luz que nunca te alumbró, te destelle con toda su voluntad.
La historia que formamos fue cierta a cada segundo que respiré contigo hasta que el portazo de la irresponsabilidad y la pérdida de sentido fue más latente que cualquier gesto que se pudiera notar. Y en pequeñas dosis me hiciste la mujer más feliz del mundo. Yo me perdí mucho antes de conocerte y, perdida, en los momentos de cordura sabía lo afortunada que era por tener lo que realmente nunca fue mío, porque así quise que fuera. Fuiste un destello mágico que no valoré, fuiste una belleza noble que no percibí, fuiste esa posible historia que nunca existirá, y serás la enseñanza más potente e inesperada que me transformó en lo que soy hoy.

Cuídate.
                                                                                                                    A.G.G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario