domingo, 25 de octubre de 2015

Los caminos de la vida no surgen de elecciones fáciles. Todo gira ante nuestros ojos y muchas de las veces nos olvidamos de quienes somos entre tanta vuelta. Los días pasan y pasan, y uno no entiende diversas situaciones por mucho que el tiempo viaje, envejezca. Pero es entonces cuando hay que comprender que las cosas deben fluir solas, dejando que las ráfagas de emociones dolientes y dichosas nos envuelvan para que lo que duela se cicatrice y lo que cueste deje de ser un imposible: dejar atrás. Fuiste y serás la cicatriz más dolorosa de mi vida, la que sangra con un mero raspón y la que tiene una forma fea aunque la situación por la cual se produjo es digna de recordar. Y tal vez esa es la clave, no sucumbir a recuerdos, sino que estos chispeen sobre nuestros hombros cuando estemos preparados para asimilar que lo que se tuvo no está y que eso, no es tan malo como parece. 

Bea Morales Fernández 

No hay comentarios:

Publicar un comentario