jueves, 15 de octubre de 2015

Sé que no es fácil, que tal vez el imposible ciegue a la esperanza a veces. Sé que soy una cabezota, que me cuesta dar el brazo a torcer y que lo que me importa en demasía lo suelo reducir a la mitad. Sé que no soy perfecta y que muchas veces te digo que no podré serlo jamás. Pero es en ese instante y en todos esos momentos cuando tú me miras y me acaricias el rostro como si nada pasara, como si realmente no te estuviera rompiendo el corazón aunque sea así. Y es en ese segundo, mientras nuestras miradas se cruzan, cuando sé que pase lo que pase todo estará bien si estás a mi lado, conmigo.
Y, aunque sabes que mi corazón no es del todo tuyo, tú me abrazas en medio de la oscuridad y te metaforizas en el paraguas de mi tétrica lluvia de fracasos. Aunque no sepas que pasará mañana, hoy me aprietas junto a ti juntando mis trozos rotos que no saben si volverán a amar, que tienen miedo de encontrarse con el pasado o con sus propias inseguridades.
...

Pero entonces, beso a beso, me desentiendo de lo que conozco y sólo desnudos consigo encontrarme. Y mientras creo que sólo estamos pasando el rato y consumiendo las ganas, tal vez en el fondo sé que si te miro en el proceso de desabrochar almas y desabotonar esperanzas perdidas te querré, porque tal vez nunca has sido una estrella fugaz y siempre hemos estado haciendo el amor bajo una tormenta que con tiempo se disipará y saldrá el sol. Y saldrá cuando nos pongamos la ropa y juntos, sepamos que lo que cuesta es lo que merece la pena y que por ello aunque hayamos sufrido estamos aquí, tú conmigo y yo contigo.

Bea Morales Fdez

No hay comentarios:

Publicar un comentario