jueves, 31 de diciembre de 2015

La oscuridad baila sobre los poros de la inseguridad, un amanecer se camufla en el balcón de lo que vino y no se quiere ir y así transcurren los minutos: pensando en lo jodido que es quererte y en lo complicado que es quererme a mí. 


Beatriz Morales Fernández 

lunes, 28 de diciembre de 2015

Sus besos llenos de rabia saben mejor cuando los miedos caen por los bordes del sofá, y solo las risas anestesian lo mucho que les duele no saber quererse bien. 

Beatriz Morales Fernández 
El mar de sus ojos calma el navío de mis dudas, ahoga la incertidumbre y navega sin inquietudes sobre la vida incierta, la maravillosa vida impredecible. 


Beatriz Morales Fernández 

lunes, 14 de diciembre de 2015

Conclusión de fémina jodida: nosotras malfollamos y ellos follan de cojones con todo lo que se les pase por la piedra. 

Fin 

Beatriz Morales Fernández 

sábado, 12 de diciembre de 2015

Todos necesitamos creer que un día saldremos de casa y nos pasará algo extraordinario que cambiará nuestra vida. Buscamos y buscamos, miramos por todos lados y aún así no ocurre nada. Y es en ese tránsito de duda cuando, en mi caso, abro los ojos y comprendo que esperar algo de la vida es sentarse a dejar que no ocurra nada. He entendido que los pasos sin ninguna intención ni dirección son los que te llevan a la verdadera sorpresa; he comprendido que lo inesperado es lo que no piensas y he descubierto que lo que soñamos no es el verdadero objetivo de nuestro subconsciente, tan solo una aproximación más a lo que invisiblemente nos encanta.
Todo por una sencilla razón: lo que realmente queremos aún no lo conocemos.

Reflexión de una tarde

Beatriz Morales Fernández

jueves, 10 de diciembre de 2015

Sé que quererme no es fácil y que por eso me amas en silencio. Lo sé. Al fin y al cabo es la única forma de tenernos.

Bea Morales Fernández 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

No es el mismo sentimiento el de una persona que se enamora una y otra vez con una asombrosa facilidad que el de aquellas personas que les cuesta amar porque son éstas últimas las que aunque sientan pocas veces, aman con todo su corazón; se desviven por amor y lo hacen eternamente.

Reflexión del día.

Bea Morales Fernández 

lunes, 7 de diciembre de 2015

Todos necesitamos un ángel, a veces lo único a lo que queremos sostenernos es a ese milagro que no esperamos. Es complicado sentir que todo va perfecto cuando la imperfección es lo que respiras, pero uno siempre intenta seguir adelante por mucho que pueda doler. Lo irónico de la vida es ver como todo sigue adelante y tú no arrancas, siempre se te calan las ganas de algo nuevo, y tienes un accidente con la soledad. Las personas pasan página pero tú, como siempre, te quedas sentada en la puta estación del pasado. Ya no se trata de amor, de recuerdos, de amistades que ya no están a tu lado, ni siquiera de familiares perdidos, se trata de no caminar hacia un lugar mejor. Y entonces te das cuenta de que tu corazón se ha congelado, no hay sitio para nadie. Se ha congelado en el tiempo y no puedes amar a nadie, y no hay nada más triste que no poder amar. No te ilusionas, no sientes mariposas, porque cuando de verdad están a flor de piel desaparecen como emociones efímeras. Ya no queda sitio para ti, y sientes que debes cambiar tu vida pero no sabes cómo. No sabes como dejar atrás lo que ya no debería estar en tu vida. Y ese es tu gran problema: todos siguen adelante, menos tú; todos cambian de libro, menos tus sentimientos hacia las personas. Y, de verdad, no hay nada más triste que eso, amar eternamente lo que has vivido mientras tú sólo eres una vivencia más para las personas que te han rodeado.

Bea Morales Fernández

jueves, 3 de diciembre de 2015

No es lo mismo amar que ser amado.
Podemos dejarnos amar en camas repletas de recuerdos que rehuyen desaparecer o, por el contrario, podemos dejar nuestra ánima revolotear sola hasta que lleguemos a un hogar cálido lleno de amor.
Y no es lo mismo amar a alguien haciendo el amor que acostarse con muchos cuerpos para olvidar a la que te atravesó la vida y enamoró tu corazón como ninguna pudo hacerlo.
Son cosas muy diferentes.

Bea Morales Fernández 
El orgullo atravesó el aire de aquella habitación llena de sexo y soledad, ella besaba tímidamente lo que era incapaz de creer sentir, y él se sentaba a esperar un tren pasar. Dos almas soñadoras en un clima de calma maldita. Y mientras llovía en sus corazones, los terremotos destruyeron las paredes de aquel lugar y ellos perecieron bajo el polvo como meros cadáveres llenos de vida. El amor a veces es demasiado cobarde, y fue por no creer en los imposibles como uno desapareció sin más coraje que poder dar y el otro se quedó bajo los derrumbamientos amándola hasta el fin.

Bea Morales Fernández