lunes, 7 de diciembre de 2015

Todos necesitamos un ángel, a veces lo único a lo que queremos sostenernos es a ese milagro que no esperamos. Es complicado sentir que todo va perfecto cuando la imperfección es lo que respiras, pero uno siempre intenta seguir adelante por mucho que pueda doler. Lo irónico de la vida es ver como todo sigue adelante y tú no arrancas, siempre se te calan las ganas de algo nuevo, y tienes un accidente con la soledad. Las personas pasan página pero tú, como siempre, te quedas sentada en la puta estación del pasado. Ya no se trata de amor, de recuerdos, de amistades que ya no están a tu lado, ni siquiera de familiares perdidos, se trata de no caminar hacia un lugar mejor. Y entonces te das cuenta de que tu corazón se ha congelado, no hay sitio para nadie. Se ha congelado en el tiempo y no puedes amar a nadie, y no hay nada más triste que no poder amar. No te ilusionas, no sientes mariposas, porque cuando de verdad están a flor de piel desaparecen como emociones efímeras. Ya no queda sitio para ti, y sientes que debes cambiar tu vida pero no sabes cómo. No sabes como dejar atrás lo que ya no debería estar en tu vida. Y ese es tu gran problema: todos siguen adelante, menos tú; todos cambian de libro, menos tus sentimientos hacia las personas. Y, de verdad, no hay nada más triste que eso, amar eternamente lo que has vivido mientras tú sólo eres una vivencia más para las personas que te han rodeado.

Bea Morales Fernández

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