martes, 19 de enero de 2016

Sentir y perdurar en el intento

Siénteme.
Abrázate a mí ahora, cuando lo necesites, siempre.
La vida nunca te pondrá en bandeja la felicidad, debes levantarte de los tropiezos más dolorosos para comprender lo que te impide avanzar. Nadie va a responder a tus preguntas aunque solo necesites que te digan que pase lo que pase todo estará bien. No todos tienen un pasado fácil, otros crecen rodeados de amor y cariño y eso les da un plus a la hora de dejar ir los errores que el camino nos regala sin ser tiempos de obsequios. Pero independientemente de la situación en la que vivas, no olvides que tú eres el capitán de tu mundo y el mar que te rodea son los recuerdos que debes controlar para llegar a islas desconocidas y ser feliz, lo desconocido te da una oportunidad para empezar algo nuevo, pero también hay que saber crecer en donde un día fuimos niños. Lamentarnos por el camino que hemos tenido nos hace resbalar en la misma historia una y otra vez; muchas veces te dirán que no eres bueno, que lo que dicen de ti importa más a lo que eres hoy, te susurrarán que serás incapaz...y muchas veces tendrán razón y caerás. Y caer es sinónimo de crecer, de ignorar lo que no es necesario, de darte cuenta de que agradar al prójimo nos llena pero no nos cultiva saber en nuestra intimidad, pues agradar no es ayudar. Ayudar sí te hace humano, te completa e, incluso, te regala enemigos. Pero haciendo autocrítica, ¿de verdad la opinión ajena importa?
Abraza a tus seres queridos, llénalos de amor, sonríele al fracaso y enamórate de lo que no te conviene si tú crees que, pese a todo, te hace feliz. Ninguna persona puede domarte y quien se deja consiente que le quieran como desgraciadamente espera. Los conocidos vienen y van, los amigos caminan a tu lado largo tiempo e incluso eternamente, la familia es para siempre y los compañeros de una vida a veces se quedan la mitad pero te sacian hasta tu último suspiro.
El ser humano es complejo y por ello lo sencillo se metaforiza en lo intangible, las excusas determinan nuestros pasos y el llenarnos de odio nos complica el vivir.

Por eso hoy te pido que me abraces porque sé que lo necesitas. Hoy te pido que recuerdes que no eres perfecto y es así como te adoran: con todos tus trozos rotos y las virtudes que das a pesar de la inmensidad de complicaciones que llueven sobre ti. Hoy abrázame querido lector y deja que mis palabras acaricien las penas que muchos lloran y otros intentan esconder. Hoy deja ir lo que ama quedarse y aprende que la maldad y la bondad se determinan según la mirada que lo juzgue. Aférrate a los tuyos y vive. Vive de verdad, sin prejuicios bajo la manga ni críticas en la punta de la lengua...¿podrás?

Cruel destino y maldito mundo, nos decimos al espejo cuando lo vemos todo perdido. Tú permites que la crueldad te oscurezca el alma y la maldición se vuelva supersticiosa. Permítete llorar y sonríe a posteriori, pues creo que la sonrisa más hermosa es aquella que está llena de esperanza.

Nada será como antes cuando todo se desmorona pero qué sentido tiene la existencia si solo permitimos que el ayer sea lo más importante que tuviste, di mejor que en un álbum llamado pensamiento tendrás una gran cantidad de recuerdos plasmados de importancia para toda la vida, pero que por supuesto aún te queda mucho por vivir, aún mereces ser feliz.

El perdón es el abrazo silenciosamente más reconfortador del mundo. Perdónate a ti y no a los demás, perdónate el vivir como has vivido pero sin arrepentirte de nada, pienso que es la manera más humana de sentirnos libres.

Beatriz Morales Fernández 

2 comentarios:

  1. muy hermosa entrada te felicito como siempre amo leerte saludos

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  2. Muchas gracias querido lector. Tus palabras me animan a seguir expresando las emociones que pasan por mi cabeza o por mi piel.
    Saludos :)

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