miércoles, 30 de marzo de 2016

Aráñame las entrañas y muérdeme el miedo. Sedúceme con valentía y fóllate mi miedo, mi temor por amarte más y morir. Susúrrale a la melancolía que siempre fue tuya, que éramos capaces de odiarnos amándonos porque todo es posible en el amor. 
Dime desde cuando te importa que mi desnudez sea el único conocimiento de la felicidad que has tenido en tiempo; dite que es tu reflejo el que imagina que somos otras personas en otro lugar donde los prejuicios no nos señalan. Dime que, en el fondo, me tienes muy adentro, que la calidez que sale de ti es pensando en como te miro cuando estás vulnerablemente en cuerpo presente pero con la mente en mi piel, llena de heridas que provocas por amarme locamente como nunca has querido. 
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Al final, lo único que nos queda es nuestra debilidad porque así ha querido el camino que sea ante mi fortaleza insostenible, y lo único que se me ocurre cuando imploras en silencio tenerme, es meditar sobre por qué realmente eres mi capricho más nefasto, mi adicción letal y mi droga viciosa. 
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Mientras las palabras se quedaron por el pasillo y las ropas en el salón, solo consigo decir sin aliento y locamente enamorada de tu superficialidad: 

 -Penétrame el aliento y hazme gemir de vida.

Beatriz Morales Fernández 

miércoles, 16 de marzo de 2016


¿Quieren saber cuál es el problema? Fácil. El problema radica en que la gente se deja llevar por lo que dicen los demás sin tener ni idea. Ahora es más fácil juzgar y criticar en vez de ponerse en la piel de los demás. Ahora todo se dice bajo el anonimato o a la espalda sin atreverse a ir primero o, incluso, posteriormente a la cara. Es sencillo reírse de los demás, y la cuestión es desde cuando esta sociedad es así de falsa, hipócrita y criticona. Ahora no vale el darle la oportunidad a alguien para explicarse porque eso no tiene morbo, porque así no se puede asombrar uno e ir a todo el mundo a contar suposiciones.
Sí señores, hoy en día la verdad más absoluta es el rumor. Y qué triste es ver como hay personas que se suicidan por bullying, gente que llora en sus casas por la presión que sufren. Y yo me niego a ser como la mayor parte de esta sociedad de mierda, así lo digo. Me niego a reírme de nadie, a escuchar solo una versión o a no aprender de mis errores.
Me niego rotundamente a joder a alguien para entretenerme, porque esto ocurre desde que la vida se ha vuelto demasiado "aburrida" para aquellos que creen que el entretenimiento radica en la emoción de la crítica, señalización o de dejarse llevar por lo que diga la mayoría. 

Sinceramente, prefiero ser de una minoría que tiene amigos de verdad antes que ser una más de ese montón que disfruta de los placeres y de la vida solos porque, sí lectores, el que se ríe y critica realmente se está juzgando a sí mismo en su nefasta y olvidada soledad, la que no se cura hasta que le haces frente.
Buenas tardes.

martes, 15 de marzo de 2016

Hoy es el mañana del ayer.
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Con esa idea clara, me sumerjo en los adentros más insospechados de la melancolía mientras el dulce balanceo del columpio que cuelga de tus labios me permite despedir lo que no se quiere ir, lo que besa mis temores y lo que le hace el amor a mis dudas, eternas como las emociones que transmitimos a aquellos que temen olvidar para poder recordarse en silencio.

Beatriz Morales Fernández 

viernes, 4 de marzo de 2016

"Aceptamos el amor que creemos merecer" 

Esas son las palabras exactas que describen sus ojos, y son las verdades conjuntas que contemplo en esa persona. Las malas experiencias de la vida se juntan con los golpes psicológicos que camuflas en un no pasa nada, todo está bien o lo estará, me quiere, y entre tanta mezcla de pasiones y deficiencias, tu alma llora sobre la mía en la indiferencia. Deseo tu felicidad por encima de todo, por eso espero que abras los ojos y observes lo que yo veo, que explotes de rabia, de impotencia, de dolor...y admitas que, aun estando en la perdición, lo tienes todo a tu alcance para volver a empezar de cero. 
Las nubes negras se tornan grises para dar paso a la lluvia de quejas y réplicas, muchas de esas personas que sufren ese ciclo atmosférico emocional, dan paso a la lluvia y a la visualización de un paraíso idílico que se acompaña, nuevamente, de nubes negras; pero también hay veces que sale el sol, que tras la lluvia una luz de muchos colores roza el mar y la vida, y tú puedes ser esa vida que se salve. 
No es fácil mirarte como yo te miro, gritarte en silencio las verdades como yo lo hago, desplomarme de pie y con una sonrisa ante ti...sin embargo, el amor, sea del tipo que sea, es un tesoro, y cualquier tipo de cariño puede sobrepasar cualquier obstáculo si somos fuertes para contribuir con fuerza y comprensión a las personas que amamos en sus peores momentos, visibles o no. Me quedo con eso, con permanecer a tu lado abrazándote en la lejanía, y no abandonándote a la suerte jamás. 
Ahora y siempre, en las buenas y en las malas, por y para siempre, contigo hasta el final, contigo hasta el fin. 

Beatriz Morales Fernández