Hay soledades que se tiñen de gris tras lucir pintorescamente;
hay destinos entre dedos señaladores y manos entrelazadas;
hay sombra detrás de la luz;
hay amores que viven cada vez que mueren;
y luego estás tú,
la enfermedad que camufla mis carencias y el puñetazo que me rompe el alma.
Beatriz Morales Fernández
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