jueves, 27 de octubre de 2016

Tragedia francesa

La nocturnidad muestra dos almas que se complementan en locura y que duermen en camas separadas llenas de lejanía, de recuerdos pertenecientes a la incertidumbre del abismo nocturno. Unión de cuerpos enajenados, elixir de besos con cierto sabor francés, en sus heridas profundas arde el fuego de lo prohibido y el infierno que complementa su poesía. 
Ahí van dos malditos, les dirán, mas nadie entiende realmente el valor de lo que se tiene, aún con la sensación de huida en el ápice la lengua, si no ha sentido ese dolor dichoso que te sumerge en las palabras y te permite crear un arte poético grandilocuente, pues el artista se hace cuando lo que entreabre su boca es la reflexión.
Al final, su poesía no solo estuvo en versos navegantes que surcaron la historia literaria, sino en la profundidad que tiene probar la dicha que erróneamente engancha al gusto; y en amarse más a sí mismo tras, primeramente, regalarle mundos desinteresados al amante, al cual lo llevan a amar de forma carnal o en nostalgia maquillada de recuerdos. 

Verlaine y Rambaud. 
Rambaud y Verlaine. 
Dos universos en un mundo con imposibilidad de síntesis, dos corazones que se buscan en lo incierto.

Beatriz Morales Fernández 

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