miércoles, 8 de febrero de 2017

No pidas disculpas por sentir

En determinados momentos sentimos que perdemos el control de las emociones y la seguridad de las cosas que tenemos; son instantes donde realmente somos libres porque no nos relacionamos con nada que se sujete al suelo y porque tenemos el derecho a soñar eternamente en ese segundo donde nada nos ata a lo que vivimos en la cotidianidad. Son esos momentos los que, aun a sabiendas de que se perderán porque la vida es muy larga y nosotros tendemos a la memoria corta, debemos exprimir ahí mismo y no hemos de dejarlos ir sin previamente arriesgarnos en dejar un trozo de nuestro corazón.

La cuestión es: ¿a cuántas personas y situaciones en el tiempo hemos dejado pedazos de nuestro palpitar? No importa, lo relevante es que no dejes de hacerlo, no te rindas porque ahí fuera hay manos invisibles que reclaman que sigas dejándote el alma en todo lo que haces y vives de verdad. Y aunque veas a la sociedad perdida y con ganas de abrigarse en el rencor y en la rendición para no perder la seguridad...tú no olvides que eres diferente por abrirte a sentir tu entorno y eso en este momento de la historia es muy importante porque el mundo necesita saber que aún hay esperanza, es decir, que aún existe gente valiente con ganas de romperse amando porque solo así sabremos lo que es la vida y lo que es sentir que hay algo más que tejido muscular y huesos en nuestro cuerpo. 

Beatriz Morales Fernández 

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