Decepción.

Decepción.
Eso es lo que ella sintió.
Sintió un nuevo golpe en el costado, el cual resiste sin derramar dolor.
Decepción, fuerte decepción.
Potente decepción.
Todo sentimiento de ternura y cariño, muere.
Muere asesinado por mentiras.
Mentiras que realmente, son verdades.
Verdades que dañan, que matan por ser ocultadas.
Como en un cuento, pero sin final feliz, nada es real, lo vivido es artificial
Los momentos, las fotos, los recuerdos, lo que su amistad significó cuando había lealtad.
Decepción, ¡terrible decepción!
Que la ahoga, que la hace desconfiar, que la hace mirar a otra dirección.
Y aunque su querer por dicha amistad sea muy potente, no volverá a ser engañada.
No volverá a ser asesinada por la falsedad de los sentimientos que brotan en el aire.
Con promesas de juguete y juramentos sin firma.

Hoy en día, ¿dónde aguarda la belleza?
Qué bonito sería ser el motivo de inspiración de alguien.
Ser la meta de aquel luchador que se enfrenta a la vanidad y al egoísmo.
No hay mayor hermosura que esos pequeños instantes donde grabas en tu cabeza situaciones que sentirás con el corazón.
Siendo algunos de ellos mortíferos y otros, pasables. 
Pues, nada de lo que vivimos hoy perdurará de forma eterna. 
O al menos, no de forma directa. 
Cierto es, que hay metáforas que englobarán recuerdos, intentos de repetición frente a lo que se desvaneció o, sentimientos que no pereceremos con los sentidos pero sí con el alma.
La vida es aquello que desvaneciéndose, nos hace recordar aquel segundo que creíste olvidar.
Esa experiencia que dejaste en un baúl sin nombre pero que atravesó cada dimensión, hasta hospedarse en la mente y su puerta hacia la eternidad. 

Y, comenzaron a jugar.
La pasión, astuta, ganó terreno.
Pero el amor, tiró los dados, y con número par,
adelantó a los demás
Sorprendidas, las emociones se rindieron a su presencia
Más que el mismo cuerpo cayó de rodillas, pues no podía creer en el suceso dicho.
Por una vez, la pasión se enamoró de un delirante y difícil amor,
que entre carencias y virtudes, se encontraron, como los dos corazones que soñaban con amarse.
Dejándose de historias, rindiéndose al romance. 
Como amantes que luchan contra el impedimento
Llenos de pavor, llenos de miedo
Con un dolor de nervios en el estómago, con una boca agria ansiosa de sabor
de un cuerpo, sin miles de bocas, solo la de su legítimo dueño,
con su sensibilidad apretando a su propia razón.

Duerme, amor
Corre en sueños de inocencia que, yo te ando esperando al final
Tu meta es mi línea de salida
Sin saber que se oculta tras la gruesa capa de sentimientos congelados, tu fuego interno arde
Me quema, me despierta entre diminutas ascuas
Ese eres tú, lo voraz que camina inseguro, lo excitante que teme probar,
lo extraordinario que cree ser peculiar.
Eres el sol naciente del atardecer de los sentidos que en la batalla del romance perdí
Tú sorprendes a la diminuta espina que impide a la confianza unida al corazón, ser feliz.

Besas con éxtasis mi miedo
Derramas tu ser entre mis temores
Aterrorizas tu ida, tranquilizas tu vuelta
Entre un vaivén sin final feliz, se rompe un corazón.
Cruje, se hace daño, se aloca.
Y, apareces.
Lo limpias, pues tenía todas aquellas palabras sucias que un día plantaste.
Lo bañas en razones
Lo secas entre miradas y sonrisas
Y lo haces razonar, justo cuando el cuerpo deja de tener control sobre sí,
cuando dos melodías se juntan y alargan una canción.
La canción de la pasión.
Pero, nadie dijo nada de amor.
Hasta que con tus dedos, recorriste la espalda del rencor y la hiciste temblar entre sueños, entre  una esperanza que crece y se mece sin control

Adiós, dulce y agrio 3 de febrero

Desgarrada es el alma del roto corazón
Sequedad en los labios, aquellos que fueron húmedos...
Dónde pasó, cuándo sucedió
Mientras llueven penurias, el cuerpo se mantiene en pie.
Tú te vas, yo me voy, pero me resigno, mis pies se marchan y mi sentimiento, tan amplio como confuso, te ha correspondido a ti desde que te vi por primera vez sonreír.
Un día de agosto donde tú, me cambiaste la visión del amor.
Todo ha acabado, sin amarme, amándote, merezco medio castigo desgarrador.
Uno que mata lo que intentaba sobrevivir, uno que le rompe la cabeza a la razón
El mundo viene, nuestro mundo se va. 
La realidad no teme, nos ahorca en verdades cruciales que somos incapaces de manejar.
No sirve de nada lamentar este suceso, solo aceptar que ya ningún escalofrío lleno de pasión, recorrerá nuestros cuerpos, que en ningún instante, podré mirarte y decirte todo aquello que debiste escuchar.
El sentido de todo desaparece, de repente, sabes que lo que creías seguro, se tambalea.
Se tambalea entre continuar sin ti o hundirme también sin tu compañía
Quién entiende a estos dos culpables que se asociaron con el dolor y la lujuria, jóvenes soñando con amar.
Amar. Verbo crucial que ilusiona, mata, levanta, remata, te hace caminar hacia otra dirección.
Maldito cansancio, malditos berrinches, maldito aquello que se llevó nuestro amor.
Que atravesó las dos espaldas sin ganas ya de volverse a observar.
Cada detalle, cada risa tras un momento de un verdadero sentir, cada enfado acabado en abrazo, cada llanto acabado en dulces palabras, cada instante donde dos bailarines, sin saber bailar, derrapan por la pista de baile llamada vida.
¡Qué bonito es decir para siempre!
Pero, ¡ay!, qué difícil es decirle adiós.
Ya lo que era distintivo, se volvió similar.
No hay nada qué decir, nada que objetar.
¡Bueno...! Algo sí, algo me queda a mí.
Tu espera y tus pasos cargados de resignación, se revuelven con mi impotencia, con mi falta de entendimiento, con la cobardía que mata lo que podría haberme echo feliz.
Hacemos el amor violentamente, tú con tu fuerte orgullo sin amor, y yo con mi interior roto de angustia y de falsa ilusión.
Sin embargo, frente a este fragmento, más bien, frente a la misma historia, no debemos tirar piedras a lo que un día, fue una hermosa rosa, que murió. ¡Qué falleció sin haber sigo regada!
¿Deseará venganza? Quién sabrá...
Un día, volveremos a amar, solo espero que en ese segundo, recuerdes que fuiste completamente mío, y que yo fui completamente tuya, que tu cuerpo y el mío unidos eran objetos de perfección.
No olvides que aunque te esté esperando, tu vida, mi vida, continuará.
¿Qué harás tú? ¿Qué harás? ¡¿Qué harás?!
Si supieras...
Adiós, hasta luego, hola, ¿cómo te va?, mucho gusto...
Tanto que te diría, y sin embargo, callaré.
Callaré como el punto y final,
que cierra esta parte de la aventura del amar. 


Un día, recordarás, recordaré, si realmente pertenecimos el uno al otro, en algún momento, cuando esto haya muerto, revivirá la duda. La maldita duda del por qué abandonamos, del por qué te dije esto y aquello, la duda del final.
No obstante, lo que acaba, debió pasar.
Y por ello, aunque el dolor beba de cada lágrima llena de recuerdos, de cada minuto que se tardará en enterrar, eterno y fugaz a la hora de volverse a despertar...se sonreirá, se deseará lo mejor y tocarán el cielo sin miedo a volver a volar.

Mi amante voraz, mi amante letal, que lentamente, conquistó mi imperio. Colocándose la corona que seguramente, dejará de pertenecer a su propiedad. 
Como quiso él, como se marchó por la falta de querer.

Mías son las ganas de besarte, de querer abrazarte
De arrasar continentes y surcar mil mares
Lo romántico de la vida, ocurre cuando encuentras el amor
Y nunca se sabe cuando lo tienes, hasta que lo sientes
Tuyas son las virtudes que me enganchan.
Que me extrañan, pues cuando en un largo tiempo no tienes sentimientos, al tenerlos, el mundo se vuelve del revés.
Y, cuando solo sabías mirar por ti mismo, aparece esa persona que vendándote los ojos, te transmite la confianza para ver a través de su razón de ser.
Sin peros ni condiciones
Dejándose llevar por las múltiples sensaciones

El corazón no entiende de razones, de explicaciones, tampoco de despedidas.
El simple hecho de que todo ha terminado, de que todo lo que viviste se esfuma como un cigarro al acabar. 
Asesina a aquel soñador que ansió amar.
"Todo ha terminado, se dice para si mismo.
Game over, el cuento mítico que duraría para siempre, duró unos segundos en el letargo de una vida.
Supongo que me olvidarás, que te olvidaré.
He de asimilar que mi partida y tu rencor, se han enamorado de forma apasionada.
Nadie es perfecto, absolutamente nadie.
Y lo que han de decirte mirándote a los ojos, también se dice con el corazón.
Adiós, ¿adiós?.
He de suponer, que el tiempo se desperdicia a cada momento, que el ridículo se ha tragado sus propias palabras y los sueños han volado sobre nuestras cabezas, como el propio amor.
Nuestro amor, que ya no lo es.
No hay despedida válida, no hay un final con un sabor de boca no tan agrio.
Es como todos, pero tú no.
Que entre tanto dolor y angustia, quede claro lo que un día, mi mundo pudo haber echo por ti.
Y sí, no hizo.
No hizo por miedo a continuar y avanzar, porque por estancarme en el pasado, tuve otro suceso más, otro a la lista de cosas que olvidar. Pero nada se olvida, todo se entierra.
Solo nos ilusionamos para alegrarnos las penas que mataban cada paso que solíamos dar.
Muy pocos pueden decir, que han encontrado el amor de verdad.
Como tú y yo, menores de edad
Con ganas de quererlo todo, con ganas el uno del otro, con ganas de que estas, no se agotaran.
La diferencia es, que debemos ser capaces de divisar un espejismo de una realidad que con tiempo, se ha de instalar.
Disparando nuestros sentimientos, arrancando el motor de la ilusión que una historia de amor, le produce al corazón.
Así que nada de palabras, solo te deseo la suerte que pudimos conseguir juntos los dos.
Quédate con eso, con ese instante donde rozamos el cielo sin importar lo que ocurriría en un futuro ni en lo que pasó"
Martirio el doloroso paso del comienzo nuevamente.
Recuerdos y más cosas que nunca se llegaron a decir.
Ni siquiera, a hacer.
Esta es la fortuna que tiene aquel que amó tanto, que se atragantó con su propia devoción.

Amargo como el chocolate más negro
Dulce como el azúcar
Así es el amor.
Fugaz como una ráfaga de viento
Eterno como las estrellas en el cielo
Así es el amor.
Así es, y así lo dejo hacer, lo dejo querer y lo dejo escapar
Como agua, impotente se desliza entre mis dedos nuevamente
Y, sin poder hospedarse, sin poder tener la opción de volverse a enamorar
Se despide de la misma forma que cuando entró.
Con todo su esplendor, matando cada certeza y, 
alumbrando los lugares más oscuros del corazón

No tengas miedo a continuar, a pasar página

Entonces te das cuenta.
Reconoces que la ceguedad a veces enamora más que el propio amor
Recuerdas que fuiste tan inocente antes, y que ahora mismo, jamás podrías igualar esa inocencia
La sociedad suele hacernos daño. Es inevitable.
No podemos frenar el curso de las cosas, solo debemos dejarnos arrastrar hasta que sepamos nadar y así, ya no nos volvamos a ahogar.
O al menos, de la misma forma.
El primer amor mata. Despedaza, amordaza.
El primero de todos, repercute en los siguientes.
Pero, muchos se equivocan.
De los errores se aprende, y al pasar página, todo debe tener un comienzo.
Cómo decirlo...empezar de cero.
Entonces, lo entiendes.
Entiendes que lo que creíste para siempre, tuvo un final.
Tuvo uno amargo, uno mortal, uno voraz.
Pero, lo tuvo.
El significado de esto no es simple, aunque tampoco complicado.
No se pudo, no se pudo más.
Todos tenemos un límite, donde los sentimientos no participan en el juego.
Salvo la rabia, el dolor, el desamor.
Aunque sigamos amando, llegará alguien
Alguien te lo cambiará todo.
Y no amarás de forma descontrolada, sino con precaución.
Cierto, no se puede comparar.
Ya que esta segunda ilusión y emoción, te da la oportunidad de obtener tiempo
Tiempo para centrarte, para prepararte, para darte cuenta de que hay cosas que debemos enterrar
Y que, cuando esto ocurra, tendrás el camino libre.
Ya no habrán diferencias, ya podrás amar como alguien nuevo.
Dejando atrás las ataduras del primero, arrojando de forma inconsciente  en un pozo llamado ignorancia, no los recuerdos, sino su recuerdo.
Todos podemos pasar página
Todos podemos olvidarnos de amar un tiempo
Todos podemos volver a sentir. Sin miedo a que todo se tambalee con tan solo una palabra de sus labios.
Todos somos capaces de pasar la última página, para cerrar ese libro que tuvo su fin.
Fin. Dura y débil palabra.
Un adiós mortífero y un nuevo horizonte. 
Uno nuevo donde volver a experimentar lo que es ser feliz.

"Nuestra fuerza proviene del interior, así que, cuando no te veas capaz de seguir adelante, recuerda que habrá algo que te impulsará a hacerlo. Lo habrá, sí" 

Avanza, sigue avanzando.
Lo lograste una vez, tocaste el cielo con una sola mano
Le superaste, supiste hacerlo 
No te culpes, todos recaemos en aquello que nos enamoró sin entenderlo
Lo más importante, es secarte el sudor del esfuerzo
Tratar de no sucumbir a la rendición y luchar por el mismo refuerzo
Ese que consiste en  no olvidar quien fuiste, quien eres
Porque quien serás, lo descubrirás cuando menos lo esperes
Ahí la magia del corazón.
Recordar que si una vez amaste, puedes volver a sentirlo
Que aquel que fue tu mundo, puede derrapar por tierra y perderse sin sentido
Que un nuevo amanecer, puede aparecer por la ventana
Di, "ya pasé por lo peor".
Su marcha, pues ya no está
No, no lo está, y este es el momento de dejarlo atrás
Ama lo que tienes, no lo que tuviste
Comprende que nada es eterno y lo que dura, es lo que no puede sustituirte.
En otras palabras, simboliza ese bloque fundamental que significas en la vida de alguien
No hay nada más hermoso, nada, que esa sensación
Pues, aunque te hayan enamorado alguna vez, en ese instante, cuando menos lo esperabas, cuando el hundimiento te ahogaba, apareció nuevamente el amor.

Cuestión de perdonarse

A veces, sentimos que la perdición nos ata y nos ahorca.

Nos asfixia y no nos deja agradecer lo que un día hicieron por nosotros

Pero, nunca es demasiado tarde.

Nunca te rindas, nunca dejes que el rencor acumule espacio

No dejes que te gane ante el imperdonable tiempo

A veces, solo necesitamos una palabra para reconciliarnos con nosotros mismos

Un "perdón".

Pero, si algo es cierto, es que no solo consta de aquel que deba recibir dicho perdón, sino de ti, de perdonarte.

Todo ser humano comete errores, todo ser humano falla más de una vez.

La cuestión es pasar página, dejando atrás aquello que está situado en el presente.

Aquello que por más que insistamos, no queremos que se vaya.

Y quizás, ya se ha ido, pero nos resistimos a asimilarlo

Si alguien que amas o te amó se fue de tu vida, no mires hacia la dirección por la que se fue, solo limítate a observar una vez y a continuar.

Hacia la izquierda si continuó por la derecha, 

por la derecha si cruzó por la izquierda

Todo está en ser fuertes cuando miremos hacia atrás, eso es inevitable, no te lamentes

Mírate, aquel que erró, no siempre recibirá males que sujetar

Llegará un momento que tendrá una segunda oportunidad, y lo más importante, esta vez, ¿la aprovechará?.

Aunque la culpa te mate por dentro, aunque no hayas tendo la oportunidad de una última conversación con esa o esas personas que quieres, no te pares.

Nadie odia o reserva rencor eternamente, y todos pese a que olvidemos, echaremos de menos alguna vez

Más que, aunque esto ocurra, debes saber que trazar tu destino no es fácil, pero no saber perdonar tus propios errores hacen que camines en círculos sin dirección que te traiga alguna nueva ilusión.

Perdónate, perdónate de verdad.

Si lo haces, ellos lo harán también.

A veces no lo planeamos, pero ocurre.
Un día entre tanta ilusión latente, aparece la diferencia, la realidad.
Esa que te permite volar pero te hace recordar que vas a tener que aterrizar
Esa que te abraza con una mirada llena de ansias de amar
Y otra vez, la misma historia del revés.
La inseguridad aguarda tu guarida llena de seguridad
Un lío que potente, adoras
No lo has esperado, ni lo esperarás
Cada día ocurrirá algo, cada día todo cambiará
La cuestión es, ¿tú estarás?
Cuando más lo necesites, recuerda que lo que se fue, volverá. 
Y no tiene que ser con la persona que te dijo adiós.
Tal vez, el comienzo de lo que se derrumbó...
sea lo que no imaginaste, cambiándote el existir y toda razón.
Llámalo como quieras, yo lo llamo enamorarse otra vez.
Dilo  como necesites decir, pero eso, se denomina amor.
Donde esa carencia que te protegía sin tu elección, se esfuma para que alguien, te vuelva a tener.