viernes, 31 de julio de 2015

Y en la mitad de tu cara pierdo la lógica y la razón. En la mitad de la mirada, tu ojo choca con mi vida y me eleva a la intemperie más hermosa que he podido vivir en este tiempo. No eres lo que esperé y por ello sin tener una parada precisa, me subo al tren de tu pupila, al tren de la media mirada que viaja por tu cuerpo y misterio. Hoy en vez de dos, somos la mitad de un todo por descubrir. 

Bea Morales Fdez 

domingo, 26 de julio de 2015

Ella lo destruye todo, arroja los momentos contra la pared y llora llena de impotencia. Ahora sí, pero dile donde estabas antes. No es justo que vengas, te cueles dentro de sus pensamientos y la hagas dudar. No tienes derecho porque nunca estuviste cuando te necesitó, cuando solo quería que le dijeras que todo estaría bien y que sólo necesitabas un poco de tiempo. No tienes derecho a dejarla marcada de esa forma, de atravesarle el existir y desvanecerte entre las sombras. Nunca la miraste cuando intentaba superarse a sí misma para ti, nunca la observaste cuando bailaba con la desolación sin ni siquiera saber bailar. Sólo le besabas el vacío y te la follabas mientras ella te hacía el amor. No tienes ningún derecho a romperla en dos nuevamente, de hacerle pasar por el calvario de un mundo sin la persona que no la sujetó ni una sola vez. Dile dónde estabas cuando la amabas en silencio y la veías sola, llena de sueños ilógicos pero que en su aura tenían sentido, dile dónde estabas cuando te cansaste de darle la espalda y aprendiste que el amor es más que el esfuerzo de un corazón. Nunca estuviste y nunca estarás porque le enseñaste que ella debe extrañarte así, ausente. Y es esa ausencia la que la abraza en la oscuridad del día y en la luz de la noche, es ella la que le hace creer que un día cambiarás, que esta vez te arrodillas ante la culpa y besas todo lo que admiras de sus gestos, defectos y virtudes; y es ella la que no tiene derecho a pedirle nada, tú te largaste estando aquí, tú la perdonaste odiándola y tú la abandonaste cuando estabas tan loco por ella que no te pudiste ver sin lo que teníais.
Dices amarla pero dicha mentira ya ha cogido consciencia de su falsedad, aunque la invada en cada gota de sudor al navegar entre sueños y pesadillas. Eras el amor de su vida, y por ese motivo, la vida se apoderó del amor que nunca estuvo, que nunca estará. Porque como apareciste, desaparecerás y te irás por el camino que te sabes de memoria. Sin objeciones, sin rencores, falso como todos y verdadero como pocos.

Bea Morales Fdez 

viernes, 24 de julio de 2015

Nunca entenderás que eras todo lo que quería incluso cuando eras polvo alrededor de mis llamas. Nunca comprenderás que el aliento que expulsaba era la consecuencia de tu respiración; eras mi piedra favorita y la única con la que tropecé por doceava vez o vete a saber cuán hostias me pegué por ti, en ti. Y cuando aspire a la cima, miraré al cielo estrellado como un camino hacia tus ojos, donde tu mirada meditabunda se habrá excitado, alegrado, entristecido y, tal vez, enamorado. Las despedidas no son tal cual las pintan los directores en las películas, a veces hay algo más que eso: discusiones sin opción a la disculpa de después; llantos indescriptibles; depresiones complicadas de superar; dependencias emocionales; y, la mayoría de las veces, sin las dos personas diciéndose que siempre se amarán bajo la lluvia.
Así que, cuando mires atrás, recuérdame como una persona que se volvió maestra en el amor cuando se enamoró de aprendiz; incluso cuando su sonrisa se borró entre las risas de los recuerdos y las esperanzas fallidas que cayeron como granizo por la habitación. Y, sí, siempre seré esa niña que mira más allá de las realidades más obvias, la misma que nunca quiso un rumbo fijo si no eran las aventuras que tendían tu mano. 
Todo tiene un final, hasta las películas que nunca se grabaron y tenían pinta de llenar salas de cines, tituladas: relaciones jodidamente sentidas que pasan en la vida real. 

Bea Morales Fdez 

miércoles, 22 de julio de 2015

Imborrable, inalcanzable, indeciso, certero, ambiguo, cambiante, reiterativo, y por una vez, definitivo. Este es mi adiós, este es el final de un amor que pintó nuestras paredes de todos los colores posibles. Un amor joven, adulto, enamoradizo, odioso, torturador, ilusionado, perplejo, cansado, esperanzador...un amor grabado en nuestra piel para siempre.

Bea Morales Fdez

viernes, 17 de julio de 2015

Dueles

Vuelves y te refugias en mis silencios cautelosos; intentas susurrarme que todo pasará, que esta vez estarás ahí para mí, y mientras intento entender por qué nos reencontramos cada vez que nos decimos adiós, esta vez me dices que no te vas a rendir, que esta vez sí. Pero, dándote la espalda, ahora intento comprender si esto es lo más justo, si no es mejor que seas una herida que nunca deja de doler a que interrumpas en mi vida cuando creo que estoy mejor.
Dueles, dueles como cuando un niño se cae y se hace una herida en carne viva; como si fueras una muerte súbita o una esperanza fallida. Siempre dueles, e incluso ahora que me miras fijamente y me ofreces tu corazón, sigues doliendo. Y la paradoja del destino es que sin ser mío yo te siento así, y yo sin ser tuya regreso a tus brazos, unos que soñé hasta que dejaste de aparecer.
Y ahora vuelves, ahora sí, pero es ahora cuando yo no sé si  arriesgarme a vivir sin ti o regresar al punto de partida que dejó de existir desde que volvimos por décima vez. Siempre nos necesitamos aunque la vida ya nos de por perdidos, aunque nadie se fía de esto y aunque nos tiremos las excusas, los insultos y el dolor a la cabeza.
¿Se puede amar odiando? Ninguno tiene respuesta para algo tan obvio, y por eso el paso más decisivo se atraganta en las gargantas de dos personas que aman irracionalmente, que se aman sin saber por qué, que se aman creyendo que algo tan usual, se vuelve irrepetible.

Bea Morales Fdez 

martes, 14 de julio de 2015

Como una tempestad le arrastran los recuerdos hacia un ahogamiento más que evidente; siempre le ha amado, siempre lo hace. Él era ese universo que colapsó y dejó la única estrella que brillaba en el firmamento como un alma solitaria. Sus manos eran la tierra que ella respiraba y besaba, y él no era consciente de que cada noche los pensamientos de ella se trasladaban a sus paredes para verlo dormir. Él. Él y ella. Ella y él. Ella.
Y ahora que la gente camina y no observa al pasar, ella se siente observada por ojos imaginarios que traspasan su piel y escuchan su corazón, ese que late simplemente. ¿Latir sin emociones es sano? Ella no comprende que la luz del túnel no está por el camino donde él la espera, porque siendo un brillo más que notable, se oscurece a cada beso, a cada caricia y a cada te quiero.
Un amor que siendo de dos, se ahoga en el vaso que uno bebe, que él bebe.

Bea Morales Fdez 

miércoles, 1 de julio de 2015

Cobardes

Y, me corro.
No pude más, había aguantado demasiada presión. Quería destrozarte mediante palabras y golpearte con la ignorancia, pero me corrí como nunca. Y corriéndome, sigues un ritmo insaciable donde intentas sacar de mí hasta el último aliento que no puedo darte. Me obligas a mirarte mientras me voy y con esa mirada que un día me enamoró destrozándome, tú también te corres. Pero te levantas y con una sonrisa me das la espalda, esa que tanto amo abrazar. ¿Esto es amor? ¿qué haremos ahora que no sabemos ni podemos parar?
Y, aunque sé que el principio de todo es la nada más absoluta, los dos somos dos yonquis masoquistas que necesitan correrse encima del otro y dejar todo fuera: el alma, las dudas, las excusas, las palabras que nunca nos decimos, las ganas...sobre todo las ganas. Hoy me despido de ti, y aunque mañana volveré porque tú jamás cierras la puerta para mí, hemos de parar algo que sin frenos no tiene cabida, y mientras preparo dichas palabras y me lleno de valor para decirte que hay alguien más y que de verdad lo tuyo no es amor y lo mío se está convirtiendo en obsesión...me corro, te corres, y el silencio más absoluto nos hace el amor sobre el sudor.

Bea Morales Fdez