martes, 29 de septiembre de 2015

Un beso impreciso en el momento preciso,
tus manos acariciando el ayer de la sombra del mañana,
mi vida lejos de ti y tú tan cercano diciendo adiós.
Sonrisas atrapadas en capítulos de libros que aún no han sido escritos,
la imaginación tan altanera, tan enamorada de las casualidades.
Y qué típico del escritor amar lo que amó, lo que ama y lo que no puede aún imaginar.
El arte de sentir lo que se escabulle para todo ser que sabe no mirar atrás.
El arte de escuchar al corazón a cada minuto que bombea; de observar los pequeños detalles de momentos modestos; de saborear eternamente lo que simplemente pasa con el tiempo; de tocar el mundo con guantes para sólo dar un punto de vista artístico,
amando el arte de volver cálido lo frívolo de cada instante, de cada segundo.
En la soledad acompañada, en el susurro de lo incierto.

Bea Morales Fdez 
Hoy tengo ganas de follarte. Sí, de follarte. Tengo ganas de que la ropa llueva sobre el suelo y que tus besos y los míos se fundan en multitud de suspiros y placeres. Hoy tengo ganas de que sin decirnos palabra y sin mirarnos a la cara nos follemos como follábamos antes. Cuando tú decías quererme y yo jodidamente te quería. Tal vez sea porque me levanté con el pie izquierdo o porque se me cruzaron los cables pero aunque sé que tú no me quieres y yo creo que ya no te quiero, te follaría noche y día durante todo el tiempo que fuera posible. Quien sabe, hasta que nos cansáramos. Quien sabe, hasta saciar el típico día donde lo poco que sobrevivía eran las ganas incontrolables de romper la cama. Así era lo que teníamos, así lo fue siempre. 

Bea Morales Fdez 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El culpable de mi sonrisa

Hay muchos tipos de sonrisas. Algunas surgen por cometer errores y llenarse de nervios, otras surgen por casi caerte en medio de la calle y ser observado, unas cuantas surgen por chistes ingeniosos o por estar con fantástica compañía, otras son provocadas por ser testigo de momentos mágicos en la calle ya sea porque un niño juega con su inocencia o por los gestos de dos enamorados, y así podría seguir clasificando sonrisas pero, la tuya es la más amplia que he tenido en mi rostro. Mi sonrisa simboliza todo lo que el corazón no puede expresar con palabras. Ella te ha visto reír, concentrarte, tus pequeñas comisuras de los labios alzarse por chocar miradas, cambiar de carril mientras sujetas mi mano o me acaricias el muslo en cualquier parte. Ella te conocía cuando no eras suya, cuando no podía fijarse con claridad en lo que significas realmente para mí, pero un día la besaste y desde ese instante fue tuya, sólo para ti. Por primera vez, se acuesta sobre el hombro de un sentimiento que crece a cada momento.
Hay muchos tipos de sonrisas, pero la mía es nuestra, es tuya, y es del amor que nos domina. Es la ráfaga de alegría que provocas a cada instante que estoy a tu lado, es la esperanza de tenerte sin medida y sin tiempo.


Bea Morales Fdez

viernes, 11 de septiembre de 2015

En aquella habitación me besaste como si se te fuera la vida, con plenas ganas, como si mañana no fueras a verme; y fue en aquel lugar donde comprendí que pese a esos instantes donde tu vida era la mía, en los llantos, las quejas, los recuerdos...siempre te preferiste a ti. Y, cariño, en una historia de amor uno no puede preferirse a sí mismo, pues quien no arriesga, no gana. Y quien opta por uno mismo, se adentra en la ignorancia de tener lo que realmente no tiene, en poseer lo que nunca fue de uno; pues preferiste tu propio reflejo en vez de cuidar tu amor propio en brazos de quien, supuestamente, lo cuidaría el resto de tu vida. Cariño, en aquella habitación me besaste como nunca antes y entre beso y beso, entendí que antes que un medio suspiro a medias bocas, prefieres callar y matar lo que debería vivir, lo que debería persistir. Y, lo más importante, lo que me lleva a mí a comprender que antes de mí siempre estarás tú; que antes que nosotros, el orgullo siempre será el pilar del abandono más cruel: el recuerdo que dices echar de menos aunque a día de hoy, lo lleves al terreno fácil de las falsas mentiras para convencerte de que sin mí, estás mejor; el amor interesado y superficial con el que te enamoraste de mí, con el que me deseaste apasionadamente sin un gramo de importancia verdadera hacia mi persona, hacia el deseo de formar una vida a mi lado.

Bea Morales Fdez 
Tras tanto tiempo y sin quemaduras visibles por aquel amor fogoso y bravo noto como la racionalidad se apodera de aquellos momentos de locura donde nuestro nombre desaparecía del mundo. Tú sabías amar por aquel entonces e ingenua de mí, aposté por la estafa universal. Hoy en día ya comprendo algunas cosas como el por qué tras el portazo no me seguiste, pues te cansaste de amar y, aun así, preferiste agarrarte a emociones resbaladizas. Y, también, comprendo como el amor deja marcas invisibles a flor de piel, noches de insomnio, y el por qué amamos lo que no nos da motivos para creer. Sí, simplemente creer, pues no hay mayor fuerza que la fe en algo o alguien. Ahora sé que la confianza nunca fue nuestro punto fuerte y que, aunque tu soberbia pueda más que lo que sentías por mí, yo maduro a cada segundo que no estás a mi lado. Conmigo te alzabas en una gloria casi imperceptible, y yo que amaba por primera vez me abracé a la esperanza del cambio que no llegó.
Y por todo esto hoy entiendo que mi mayor error fue continuar algo que nunca tuvo principio ni final, algo que pudo con la ilusión y se comió nuestro ánimo; un sentimiento demasiado real para esta vida tan superficial, para ella y cada habitante que prefiere destacar que indagar en sí mismo, como yo por aquel entonces y como tú ahora; como aquel amor loco y desmadrado que se consumía de vez en cuando por aquel entonces y como ese amor que aprende a valorar y a querer toda una vida al lado del otro ahora; como el "siempre" por aquel entonces y las cenizas de esa palabra ahora. Y cuando miré atrás, sabré que amé a un hombre que amándome, no fue capaz de dejar todo atrás o cerrarme la puerta a tiempo; sabré que adoré a un hombre que me adoraba en silencio y, sabré que callaste demasiado, y ese demasiado nos pesará toda la vida. Y, nos pesará, porque sé que mucho de lo que no  me dijiste se fue con el viento, se fue conmigo. 

Bea Morales Fdez 

martes, 8 de septiembre de 2015

La cuerda floja de tu labio sobre el mío eriza cada parte que no poseo o no controlo, paraliza cada recuerdo y acaricia la debilidad del momento, de nuestro instante. Y mientras el mundo baila ajeno a nosotros, tú y yo nos damos cuenta de que sabemos los pasos de memoria y eso es lo que menos nos importa, porque cada segundo  es diferente al anterior, porque tus brazos rodeando mi espalda es el mejor baile que danzaré al ritmo de la música que provocan nuestros besos. Todo se rompe y se arregla a nuestro alrededor pero cuando eso nos persiga, cuando el pasado se ponga celoso o el futuro sea incierto...nuestro viaje será inalcanzable. Porque tú, amor, vales la pena. 

Bea Morales Fdez 

lunes, 7 de septiembre de 2015

Una carta sincera y necesaria

Por querer quiero muchas cosas, por soñar puedo cerrar los ojos y crear miles de universos paralelos; pero lo que deseo es sólo la mitad de lo que aspiro a cumplir. Y en medio de una vida distinta, hoy me acuerdo de tu sonrisa y de tu amabilidad a la hora de amar. Y tan sólo por esa razón quiero que sepas que si algún día lees esto es porque ahora entiendo lo que no comprendí en aquel entonces. Ahora entiendo lo que es abrazar al amor plenamente, entiendo el principio de una ilusión con ganas de más, y las idas y venidas de sonrisas inesperadas. Ahora sé por lo que pasaste y sé por lo que no pasé, y las lágrimas que se apoderan de cada palabra son demasiado sinceras, por muy hipócrita que suene. Quiero pedirte disculpas, quiero pedirte disculpas de corazón. Quiero que sepas que lo siento, siento no haber parado lo que sentías a tiempo, haberte dicho que la verdad había desaparecido por la puerta tiempo atrás, que era una cobarde y no sabía decirte adiós porque te quería pero no lo suficiente. Tendría que haberte dicho que aunque sea complicado de comprender, sí eras la persona que más me importaba pero era una cobarde, no supe vivir y te arrastré conmigo. Tenía que haberme lanzado y dejarte ir, decirte que mi corazón ya no estaba en tus manos pero que era lo que más añoraba. Tendría que haberme dado cuenta antes de tirarte al abismo, porque cuando caíste de la peor forma nunca supiste que yo fui detrás, contigo. Nunca te dije que me costó superar las pesadillas, la culpa, y que no hay día que no me diga para mí misma que sí, que estás en tu derecho de pensar lo que hayas podido pensar de mí. Nunca sabrás como cambié, como intenté seguir mi corazón y disfruté mi propio karma; como maduré llorando, enfrentándome a la verdad todos los días. Y como actualmente te recuerdo con una tremenda sonrisa en mi rostro.
Y, sinceramente, si algún días lees esto quiero que sepas que quiero que ames, que encuentres a una mujer que te de lo que yo nunca te di, quiero que mires para adelante y sepas que lo que te pasó conmigo no te volverá a pasar, porque la vida te regalará un amor puro y sincero. Deseo que te despierten cada mañana con un "buenos días mi amor", que te hagan el amor como nunca y te sanen cada herida que pude ocasionar, porque yo ya no puedo hacerlo y ojalá mis disculpas te bastaran. Pero eso nunca podrá ser, y es justo que yo cargue con las consecuencias de unas causas nefastas. Pero te juro que cambié, que aquella persona murió el día que te maté, y por eso deseo con toda mi alma que borren cada recuerdo mío de tu vida si eso es necesario.
No dejes que la desconfianza de una mentira te deje sin vivir las ilusiones de un " ¿y si sale bien?"; no dejes que lo que sentiste una vez te limite, porque la próxima vez que ames estoy segura de que lo harán contigo de principio a fin.
Perdóname. Espero que algún día puedas perdonarme porque te aseguro que fuiste una pieza fundamental en mi camino y estés donde estés, yo sí puedo recordar y asegurarme de que fuiste un regalo de la vida; pasé unos años maravillosos a tu lado y siento no haber sido capaz de dejarte ir.
Tú me cambiaste la vida el día que te fuiste, el día que dejé de mentir. Y hoy que he abierto los ojos de verdad, te pido perdón. Cada noche le pido al destino que te de la felicidad que mereces, porque te deseo todo lo mejor de este mundo, deseo que te amen por el resto de tu vida.
Hasta siempre, que la felicidad te regale sus mejores facetas y que no te haga toparte con otra como lo que yo fui una vez, porque te mereces ser feliz de verdad y tú incluso ausente, me cambiaste la vida de pies a cabeza. Siempre querré lo mejor para ti, siempre.
Y sólo quiero que sepas algo...si realmente hubiera tenido dos dedos de frente por aquel entonces, te hubiera amado con todas mis fuerzas porque eres un hombre maravilloso. Y como dice mi saga favorita: "a veces a las personas buenas personas les pasan cosas malas, pero por eso no son malas personas"; un día lo que te hizo daño no podrá tumbarte ni por segundo, y sé que la fortaleza de tu alma es lo suficientemente fuerte para arrasar con lo que se ponga por delante; y aunque tú no puedas creer en mí tras todo, yo en ti sí, y por eso sé que todo lo bueno que se acontece, está al llegar y serás muy feliz, y eso a mí, y lo digo de corazón, en parte me hará feliz. Cambié gracias a ti, y no habrá día que me lamente por haberte llevado conmigo a la plena oscuridad, por eso le pido a Dios que la luz que nunca te alumbró, te destelle con toda su voluntad.
La historia que formamos fue cierta a cada segundo que respiré contigo hasta que el portazo de la irresponsabilidad y la pérdida de sentido fue más latente que cualquier gesto que se pudiera notar. Y en pequeñas dosis me hiciste la mujer más feliz del mundo. Yo me perdí mucho antes de conocerte y, perdida, en los momentos de cordura sabía lo afortunada que era por tener lo que realmente nunca fue mío, porque así quise que fuera. Fuiste un destello mágico que no valoré, fuiste una belleza noble que no percibí, fuiste esa posible historia que nunca existirá, y serás la enseñanza más potente e inesperada que me transformó en lo que soy hoy.

Cuídate.
                                                                                                                    A.G.G.