lunes, 14 de enero de 2013

3 de febrero de 2012. Gracias


Te maté, me asesinaste, como asesinos profesionales jugamos a amar.
Caímos, me agarraste y sin agradecerlo, me solté con ganas de sujetarte.
Como si la ironía no fuese menos, de repente apareció.
Por segunda vez, me quitan lo que es mío.
Me desgarran sin compasión. La culpa me entiende, pero no es suficiente.
Quiero más, y por ello, te perdí
Como si la gratitud no fuese de esperar, yo agradezco cada minuto y segundo que nos dimos en este maldito juego.
¿Quién entiende al amor? ¡Vah, ni sé!
Sin creerlo siquiera, nada va a permanecer
Mientras me amaste como nadie lo ha echo, giré la cara ante tu beso de amor
Y sin recibirlo, lo sentí.
Tarde, demasiado tarde.
¿Por qué corre el tiempo? ¿Llega tarde a algún lugar?
La paciencia temporal, no pudo más, tras llorar
Quise mantenerte en mi morada, en mi dulce y agridulce corazón
Todo cae, todo se derrumba
Pero no tengo miedo, pues tú, fuiste diferente entre tanto igual
Eres el único que me abrió los ojos antes de volverlos a cerrar
¡Sorprendido! Ni siquiera sé que escribo
Si pudiera regresar, no lo hubiera echo, pues tú me enseñaste que del pasado, uno debe aprender
Solo quise tu felicidad, aunque recibiste pesar
Una parte de mi conciencia, traicionera, extrañará esos momentos que fueron eternos en un par de horas. Y otra parte, me castigará, de eso no te debes preocupar. 
Sé que pude dar más de lo que te di, y solo quiero que seas feliz de verdad
Jugamos, jugamos en exceso, y el gran error de todo jugador, la vanidad
Las cartas sobre la mesa se cayeron sobre el suelo, y al recogerlas, ni nos miramos, solo nos apuntamos
"¿Quién fue?, ¿Cómo pudiste?, ¡Entiéndeme! ,¡Lo hago!, ¡No tienes ni idea! ,¡Vete! ,¡Tranquila, me voy!."
Atacándonos, nos amamos a más no poder
O más bien, nos queremos, pues ¿qué sabremos del amor?
Entra cada espina, se esconde una sonrisa
Y ese regalo, me lo quedo yo, no lo regalo.
Perdón, perdóname, perdónate.
¿Nos perdonamos?
La exactitud del olvido es tan inmensa e indescifrable como el final del mar.
Pero, no te preocupes, tras matarnos, toca resucitar
Adiós, ¿te olvido? no, no te olvidaré.
Amigo, amante, hermano, brazo derecho, beso enamoradizo, cuerpo ardiente, hoy el mundo nos come a nosotros. 
Y, yo sé, que algún día, juntos o separados, nos lo comeremos nosotros
¡Venganza! Bueno, no. Ella solo trae codicia. 
No obstante, lo conseguiremos, un simple detalle o casualidad, puede cambiarnos la vida
Tú lo mereces, tú mereces una ida sin vuelta.
Una felicidad muy adentro de ti, eterna.

Gracias, de todo corazón, una parte de mí, tuya es. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario