jueves, 3 de diciembre de 2015

No es lo mismo amar que ser amado.
Podemos dejarnos amar en camas repletas de recuerdos que rehuyen desaparecer o, por el contrario, podemos dejar nuestra ánima revolotear sola hasta que lleguemos a un hogar cálido lleno de amor.
Y no es lo mismo amar a alguien haciendo el amor que acostarse con muchos cuerpos para olvidar a la que te atravesó la vida y enamoró tu corazón como ninguna pudo hacerlo.
Son cosas muy diferentes.

Bea Morales Fernández 

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